«Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en su territorio como lo están ahora”, ya lo había adelantado Francisco durante su visita a Puerto Maldonado en 2018. Un año después, el mayor pulmón que tiene nuestro mundo arde sin control y está más expuesto que nunca.
Con una gran diversidad de flora y fauna, la selva amazónica absorbe millones de toneladas de las emisiones de carbono del mundo, lo que la convierte en una de las herramientas más importantes que tenemos contra el cambio climático. Pese a a ello, humanidad parece no tomar conciencia de su importancia, y cada año vemos cómo se va reduciendo su territorio debido a la deforestación, la explotación desmedida de sus recursos, y recientemente, los incendios forestales.
Incendios forestales en incremento
Los incendios forestales siempre han sido un enemigo difícil de combatir, ya sea por su tardía detección, por su rápida propagación o por la imposibilidad de accesos a los sitios afectados. Solo en lo que va del año, el territorio amazónico ha sido testigo de al menos 72,850 incendios forestales, un incremento del 80% en comparación al año anterior, pero lo más preocupante es que más de nueve mil de estos incendios han empezado en los últimos días.
Esta catástrofe afecta a 5,5 millones de kilómetros cuadrados que albergan una cuarta parte de las especies de la Tierra, es decir, 30.000 tipos de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2,5 millones de insectos.
Fuego y humo: la amenaza actual
Pero esta no es la única amenaza: muchas comunidades indígenas y culturas ancestrales en peligro de extinción están a punto de perderlo todo. Las pérdidas que hoy sufrimos tendrán un alto costo: deberán pasar muchos años para recuperar la biodiversidad.
“La amazonia, además de ser una reserva de biodiversidad, es también una reserva de cultura que debe preservarse”
Papa Francisco en Puerto Maldonado – Perú
Por si fuera poco, la expansión de humo generado por la magnitud de los incendios atenta contra la salud de los pueblos y comunidades cercanas. A pesar de que el fuego no ha llegado a la frontera peruana, algunas zonas de la región Madre de Dios se están viendo afectadas por la contaminación del aire que ingresa a través de la cuenca amazónica.
Crisis ambiental que se genera desde las ciudades
Muchos de los problemas que hoy se tienen a nivel ecológico, y sobre todo en la región amazónica, son generados en las ciudades. Nuestra acelerada vida de consumo es la principal fuente del calentamiento y destrucción masiva de la naturaleza, por lo que estamos llamados a tomar una mayor conciencia sobre nuestra manera de vivir para ayudar a la naturaleza que tanto nos necesita.
Tenemos la tarea de «repensar nuestra ciudad», como bien lo señala nuestro Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, «repensar nuestra manera de vivir el cristianismo en las ciudades en función de aquello que está siendo destruido, y de las personas y pueblos que están siendo destruidos por obra de nuestro calentamiento”.