Destacado

Arzobispo de Lima: «Somos una Iglesia de pecadores en conversión»

«No somos un grupo de santos que le hablamos a un pueblo pecador. Somos pecadores en conversión que ayudamos a otros pecadores, y ese es el camino del servicio», fueron las palabras de Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en su reciente intervención en el programa ‘Diálogo de fe’.

Refiriéndose a la celebración eucarística que tuvo lugar el último 18 de octubre frente al santuario de Las Nazarenas, Mons. Castillo aseguró que fue una experiencia “muy interesante” y resaltó que la única manera de rendir culto al Señor de los Milagros es «siendo un milagro para el pueblo peruano”.

“Por eso venimos cada año sencillamente a caminar con el Señor, porque Jesús hizo los evangelios «con los pies», escribió el Evangelio «caminando». La fe cristiana consiste en dejarse inspirar en ese camino para acoger ese amor que irradia Jesús”, añadió.

La Iglesia no es un «grupo de santos»

También recordó que la Iglesia no es un «grupo de santos» que le hablan a un «pueblo pecador» porque Dios amó tanto al mundo que entregó a su único hijo. Por eso, no podemos «tratar al mundo como si ellos son los pecadores y nosotros somos los santos. En realidad somos pecadores en conversión que ayudamos a otros pecadores y ese es el camino del servicio”.

«Ésa es la Iglesia de Lima – dijo en la misa del 18 de octubre – somos una Iglesia de pecadores en conversión que ayudamos porque amamos al mundo como lo ama el Señor, los ayudamos a salir de sus pecados, ésa es nuestra tarea» –

Señor de los Milagros: expresión humana, espiritual y artística

El Primado del Perú insistió que no podemos resolver los problemas del mundo sin dejar de pensar en el otro. Este sentido de reconocer que uno es «deudor de los demás» se refleja, por ejemplo, en los poemas “Pan Nuestro” y “Los dados eternos” del gran César Vallejo – “él era un gran lector de la biblia y yo creo que era un creyente– dijo – porque el tema de Dios permanentemente está”.

En esa misma línea, la procesión del Señor de los Milagros se convierte no sólo en “una síntesis humana espiritual, religiosa, cristiana, católica” sino que “también poética, sutil, musical en donde todo el pueblo sale a cantar y a expresar lo que vive más hondamente porque es una manifestación masiva de expresión humana, espiritual y artística a la vez.”

«Lo que hay en nuestro país es una fe impresionante que, en medio de cualquier problema, la gente siempre establece un lazo de oración con Dios, no sólo individualmente sino de forma colectiva como es la procesión», comentó.

La fe es una relación interpersonal

«Yo diría que la oración es un diálogo de fe, es un diálogo con una realidad evidentemente, por la experiencia de revelación que viene del Evangelio las personas creen, pero en esa creencia hay un aspecto de diálogo interpersonal. Nosotros no creemos en una divinidad genérica, creemos en un Dios que tiene personas y que una de ellas se ha manifestado y es concreta, es una persona humana que ha muerto y resucitado»

«Ya el Papa Benedicto XVI decía que la fe no es obedecer una norma o seguir una doctrina. La fe es una relación interpersonal viva provocada por el Dios que se nos revela, y suscitada en nosotros con el Espíritu».

Discernir para salir del entrampamiento

“Amó tanto Dios al mundo que dio a su hijo” eso es el centro de la fe – insistió el obispo de Lima – “darse y amar al mundo, no amar las cosas malas del mundo, pero sí las interesantes”, sin embargo, hasta las cosas interesantes y buenas “pueden destruirse por ciertas reglamentaciones» y «ritos» olvidando el valor más grande que tiene una obra de caridad – «el discernimiento hacia lo profundo, nos permite salir de ese entrampamiento» – subrayó.

“Pascal decía que una obra de caridad no puede ser menos que, por ejemplo un rito, una misa, y de hecho, muchas veces en la historia, una obra de caridad bien hecha por necesidad urgente puede sustituir a la misa, porque la vida cristiana es amar y servir ¿Qué hago yo si no puedo ir a misa porque tengo a mi abuela que está enferma y tengo que cuidarla? Ese es el mismo acto de Jesús”.

Central telefónica
(511)2037700