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Laudato Si: Todo está interrelacionado y llamado a vivir en comunión

Compartimos una reflexión sobre la Encíclica del Papa Francisco ‘Laudato Si’ asentada en el principio de la interrelación. Se trata de una invitación a madurar nuestro propio ser, una espiritualidad de la solidaridad global que brota desde el misterio de la Trinidad.

Escribe: Fabiola Luna Pineda
Miembro del Comité Consultivo de la Comisión Arquidiocesana de Fe y Cultura

El 18 de junio de 2015 fue presentada la nueva Encíclica del Papa Francisco titulada ‘Laudado Si’, que toma su nombre de la invocación de San Francisco, »Laudato si’, mi’ Signore». Fue presentada por el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, actual prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, de la Santa Sede. San Francisco canta a la tierra, a nuestra “casa común”, una hermana con la que compartimos la existencia y, como una madre bella, que nos acoge en sus brazos. (No. 1). De forma admirable el Papa Francisco nos enseña que, la naturaleza no es otra cosa, sino la razón de cierto arte, concretamente el arte divino, inscrito en las cosas, por el cual las cosas mismas se mueven hacia un fin determinado. (No. 80).

En toda la Encíclica subyace una certeza, que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás. (No. 70). Por lo tanto, no se está viviendo una sola crisis, la crisis ambiental, sino que el deterioro ecológico tiene que ver con un deterioro ético y cultural. Vivimos una sola crisis, la socioambiental. Es imprescindible que, accedamos, a esta conciencia nueva que nos permite percibir que existe una interrelación en todo lo que existe.

Francisco denuncia y alerta que, esta tierra está maltratada, saqueada, y el gemido de la hermana tierra, se une al gemido de los abandonados del mundo… Se vuelve indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconómico terminen arrasando no sólo con la política, sino también con la libertad y la justicia. (No. 53).

La humanidad, a causa del poderío que ha alcanzado en la tecnología, está enfrentada a un desafío impresionante. Hay que cuidar al ser humano, ya que no es plenamente autónomo, su libertad se enferma cuando se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo, de la violencia. En ese sentido, está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. (No. 105). Todo el conocimiento adquirido sobre la biotecnología, la energía nuclear, el conocimiento del propio ADN, etc. dan un colosal poder a los que lo tienen. Este conocimiento en manos del poder económico puede ser utilizado como un dominio impresionante. (N.109).

La raíz de la crisis que sufre la naturaleza es la raíz humana. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien… ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad, teniendo en cuenta, que en siglo XX explotaron las bombas atómicas, y que el nazismo, el comunismo, y otros regímenes totalitarios, fueron causantes de millones de muertes. (No. 104).

Ante la gravedad de la actual de crisis socioambiental, dice Francisco que esto nos lleva a revisar el sistema entero y darnos cuenta que desacelerar un determinado ritmo de producción y de consumo puede dar lugar a otro modo de progreso y desarrollo (N.191). Esta cuestión es vital porque el actual desarrollo es solo económico, solo busca una renta financiera que no tiene en cuenta nada, ni contexto, ni la dignidad humana y el medio ambiente.  

Los responsables del Barómetro de Confianza Edelman hicieron una encuesta internacional sobre la confianza en el desarrollo que lleva a cabo el sistema capitalista, el 56 % de los participantes cree que ese sistema «hace más mal que bien«, mientras que también abunda la percepción negativa sobre los gobiernos y otras instituciones sociales.

La novedad cualitativa

Es importante profundizar en el ser humano, origen de la única crisis que vivimos. En el contexto universal de sistemas abiertos que entran en comunión unos con otros, la aparición del ser humano implicauna novedad no explicable plenamente por la evolución de otros sistemas abiertos. La novedad es cualitativa, surge un ser personal dentro del universo material.

Un ser personal cuyo cuerpo visibiliza que está en interrelación con todo lo creado. Somos tierra porque su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura. (No.2). Pero no solo somos tierra, Carl Sagan dice: «El nitrógeno de nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el carbono de nuestros pasteles de manzana, se hicieron en los interiores de estrellas en proceso de colapso. Estamos hechos, pues, de sustancia estelar». Por lo tanto, la humanidad está conformada por el polvo de la tierra y, por el polvo, de las estrellas.

Un ser personal que se caracteriza por la ruptura con lo inmediato y natural, en este sentido la naturaleza humana y la formación son correlativas. Por lo tanto, para llegar a sí misma, la humanidad requiere de un proceso de formación, ¿de qué? De su libertad, para que elija llevar a cabo una evolución positiva y no permita agregar nuevas causas de sufrimiento y retrocesos en el despliegue de la humanidad.

La libertad humana puede hacer su aporte inteligente hacia una evolución positiva, pero también puede agregar nuevos males, nuevas causas de sufrimiento y verdaderos retrocesos. Esto da lugar a la apasionante y dramática historia humana, capaz de convertirse en un despliegue de liberación, crecimiento, salvación y amor, o en un camino de decadencia y de mutua destrucción. (No. 79)

Por este motivo, cualquier solución técnica que pretendan aportar las ciencias será impotente para resolver los graves problemas del mundo si la humanidad no lleva a cabo su proceso de formación, si pierde su rumbo, si se olvidan las grandes motivaciones que hacen posible su vida, la convivencia solidaria, el sacrificio, la bondad.

La aparición del ser humano en el universo supone una acción directa de Dios, un llamado peculiar a la vida y a la relación de un Tú a otro tú. (No. 81). El Papa Francisco dice que la humanidad no se da cuenta de los desafíos que enfrenta. Es necesario que tome conciencia que debe seguir el camino que lo conduzca a una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación. (No. 105)

La ética sólida la necesitan las relaciones interpersonales y las internacionales. La cultura no deja de dar su valor a todas las criaturas que forman un todo armónico. Y la espiritualidad no puede olvidar al Dios todopoderoso y creador, terminaríamos adorando otros poderes del mundo, o nos colocaríamos en el lugar del Señor, hasta pretender pisotear la realidad creada por él sin conocer límites. (No. 75). El ser humano debe estar en su lugar sin pretender ser un dominador absoluto de la tierra. La tierra nos precede, existe un Padre creador y único dueño del mundo. Si esto no se acepta, el ser humano va a tender siempre a querer imponer sus propias leyes e intereses a la realidad.(No. 75).

Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco. (No. 229). Olvidar nuestros propios cimientos solo nos enfrentará unos a otros porque primarán los intereses particulares.

La existencia ha sido donada, es gratuita, está interrelacionada y llamada a vivir en comunión, como en comunión está la Trinidad. Para los cristianos, creer en un solo Dios que es comunión trinitaria lleva a pensar que toda la realidad contiene en su seno una marca propiamente trinitaria. (No. 239). Aquí el fundamento de la persona humana, su ser relacional; se realiza plenamente, cuando sale de sí misma y vive en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas.

Como decíamos al principio, la encíclica del Papa Francisco está asentada en el principio que, todo está interrelacionado, está interconectado, lo que nos invita a madurar,nuestropropioser, una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad. (No. 240).

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