Bajo el lema “Con tu cuerpo, Oh Cristo, toca y resucita a nuestros muertos por la pandemia”, la Iglesia de Lima se prepara para la celebración del Corpus Christi, honrando la memoria de todos nuestros difuntos por el Covid-19. Envía el nombre y una foto al email prensa@arzobispadodelima.org para incluir tus intenciones en la misa del próximo domingo 14 de junio presidida por el Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.
Todas las intenciones de difuntos que se envíen al correo de prensa@arzobispadodelima.org se incluirán en la Celebración Eucarística por la Solemnidad del Corpus Christi. Las fotos se colocarán en las bancas de la Catedral como un gesto simbólico de la presencia espiritual de nuestros fallecidos a causa de la pandemia por el Covid-19. La misa a puertas cerradas será televisada desde las 11:00am. por TV Perú, las redes sociales del Arzobispado de Lima y los principales medios católicos del país.
Arzobispo de Lima: apreciar, recordar y agradecer las huellas de nuestros fallecidos
Como se recuerda, Monseñor Carlos Castillo reflexionó hace poco sobre las actitudes humanas y cristianas en tiempo de Covid-19, y abordó el tema de la muerte y pérdida de nuestros seres queridos:
“La actitud fundamental ante el fallecimiento y la separación con alguien que ha muerto en ésta o cualquier otra condición, es retomar la huella que nos ha dejado. Todos tenemos un legado dejado por nuestros hermanos, y desde el primer momento en que nos dejan, en medio del dolor y el llanto, podemos tomarnos el tiempo suficiente, en el silencio respetuoso, para recoger aquello que nos dejaron, interiorizarlo, imitarlo y compartirlo”, expresó el Primado del Perú.
En la ausencia física de la persona sentimos que hay una presencia real en nosotros, explica Monseñor Castillo, “porque se ha encarnado en nosotros y cada uno tiene ya sus propios sentimientos, parte de nosotros es el que se fue, y por eso, quisiéramos tenerlo más cerca para que siga alimentando las cosas que nos dio”.
“Todos tenemos un legado dejado por nuestros hermanos, y desde el primer momento en que nos dejan, en medio del dolor y el llanto, podemos tomarnos el tiempo suficiente, en el silencio respetuoso, para recoger aquello que nos dejaron, interiorizarlo, imitarlo y compartirlo”, subrayó Monseñor Castillo.
