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A 21 años de la partida del Cardenal Vargas Alzamora

La Iglesia de Lima recuerda al Cardenal Augusto Vargas Alzamora, que un 4 de septiembre de 2020 partió a la Casa del Padre. Monseñor Alzamora fue un gran defensor de los derechos humanos y de las libertades cívicas, alzó siempre su voz en contra de la violencia terrorista de la época y abogó por la reconciliación de la familia cristiana.

Breve biografía de Monseñor Vargas Alzamora.

Vargas Alzamora fue 31° Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Nació en Lima el 9 de noviembre de 1922. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de la Inmaculada de la Compañía de Jesús en Lima, ingresando en 1939 con el premio de Excelencia de Honor, galardón máximo del plantel. El 9 de marzo de 1940 ingresó al noviciado San Estanislao de Kostka de la Compañía de Jesús, en Miraflores, haciendo sus primeros votos en 1942.

Para completar su formación humanística, viajó a Argentina y España. Comenzó sus estudios filosóficos (1946-1949), primero en la facultad de San Miguel, en Buenos Aires, y luego en la facultad de Filosofía y Teología de Chamartín de la Rosa en la ciudad de Madrid (1947). De vuelta a Lima, optó grado en educación, en la Universidad de San Marcos. Se trasladó a la ciudad de Arequipa, donde realizó su etapa de magisterio en el antiguo colegio de San José, entre los años 1949 y 1951.

En 1952, nuevamente viajó a España para realizar estudios teológicos en la Facultad de Teología de Granada. Recibió la ordenación sacerdotal en Madrid, el 15 de julio de 1955. Al regresar a su patria fue nombrado director espiritual y luego Rector del Colegio de la Inmaculada, el mismo donde estudiara en su infancia (1970-1975). En 1975 fue nombrado Delegado Provincial para las obras de educación de la Compañía de Jesús en Perú y fue también consejero provincial y maestro de novicios. Además, fue el primer director en el Perú de la obra «Fe y Alegría».

El Papa Pablo VI lo nombró Obispo Titular de Cissi y Vicario Apostólico de Jaén u Obispo del Vicariato Apostólico «San Francisco Javier» en Jaén, Perú, el 8 de junio de 1978; recibió la consagración episcopal por Carlo Furno, Arzobispo Titular de Abari, el 15 de agosto del mismo año.

En 1982 fue nombrado Secretario General del Episcopado Peruano. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral del Vicariato Apostólico de Jaén el 23 de agosto de 1985. El mismo Papa lo nombró Arzobispo Metropolitano de Lima y Primado del Perú el 30 de diciembre de 1989; tomó posesión de la sede el 26 de enero de 1990, reemplazando en el cargo al Cardenal Juan Landázuri Ricketts.

Entre sus logros podemos mencionar su participación en la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de Obispos, que se llevó a cabo en la Ciudad del Vaticano del 28 al 30 de septiembre de 1990 y en la IV Asamblea General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, República Dominicana, del 12 al 28 de octubre de 1992. En febrero de 1993, fue nombrado Presidente «Ad Interim» de la Conferencia Episcopal Peruana para sustituir por un año a Mons. José Antonio Dammert Bellido, Obispo Emérito de Cajamarca y, del 2 al 29 de octubre de 1994 participó en la IX Asamblea Mundial del Sínodo de Obispos en la Ciudad del Vaticano.

En 1992 colocó una réplica de la Cruz del Baratillo en la Plaza del Baratillo en el Rímac (Jr.Paita) en homenaje a la predica que hacía todos los domingos a las 4 p.m en Venerable Francisco del Castillo.

Los restos del Cardenal Augusto Vargas Alzamora reposan en la cripta de los arzobispos de la Basílica Catedral de Lima.

Fue nombrado Cardenal de la Iglesia Católica por Juan Pablo II en el Consistorio del 26 de noviembre de 1994, con la sede titular de San Roberto Belarmino. Fue sucedido en esa Cátedra Cardenalicia por Jorge Mario Bergoglio, quien desde marzo de 2013 pasaría a ser Sumo Pontífice bajo el nombre de Francisco.

Asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo Mundial de Obispos que se realizó en la Ciudad del Vaticano, el 16 de diciembre de 1997.

Monseñor Vargas Alzamora murió la madrugada del 4 de septiembre del año 2000 a la edad de 77 años. Sus restos reposan en la cripta de los arzobispos de la Basílica Catedral de Lima.

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