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Iglesia de Lima: unidos al Papa Francisco, iniciamos nuestro proceso sinodal

Desde el Santuario de Las Nazarenas y junto a la imagen del Señor de los Milagros, nuestra Arquidiócesis de Lima dio inicio a la fase de preparación para el Sínodo de los obispos. Durante la Celebración Eucarística, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, explicó que se ha querido inaugurar el proceso sinodal convocado por el Papa Francisco con el camino «procesional» que nuestro pueblo solía celebrar cada 18 de octubre, aprendiendo a caminar juntos y a ser hermanos de la gente: «La salida procesional que solíamos hacer en este día y que no podemos realizar por razones sanitarias, vamos a trasladarla al camino sinodal de salida en misión, para que todos podamos encontrarnos como hermanos con el mundo y ayudemos a la gente, a los pequeños, a los confundidos, ayudemos a reparar las heridas y enjugar sus lágrimas», destacó.

Leer transcripción de homilía de Monseñor Carlos Castillo.

«Nos reunimos hoy, como lo hemos hecho siempre los días 18 de octubre de todos estos 370 años, porque queremos “cargar” con el Señor en nuestras vidas como Él cargó con nosotros, con nuestros pecados y nuestros males, con su solidaridad, porque Él bajó a la tierra para identificarnos con toda nuestra vida, con todos nuestros problemas», expresó el prelado al inicio de su homilía.

El Arzobispo de Lima explicó que en todos los pueblos del mundo se está viviendo una gran conmoción y un cambio de época que nos interpela: «Estamos avanzando, probablemente, a una nueva forma de vivir que no puede derivarse como consecuencia de la casualidad, porque si todo se deja a la casualidad, no decidimos el futuro que tendremos, no discerniremos ni escucharemos la voz del Espíritu para encontrar esa vida que vendrá. Y en medio de estas situaciones muy complejas de enfermedad, calentamiento global y crisis humana, estamos llamados a discernir aquellos signos interesantes que nos acercan a una humanidad hermana capaz de apoyarse, ayudarse, comprenderse y decidir juntos cómo queremos nuestro planeta».

El Señor vino para los pobres y para los pecadores, o sea, para los más frágiles. El cristianismo, la fe cristiana y la Iglesia, no son un grupo apartado de “puros” que le dicen a la gente: ¡Pecadores, ustedes merecen la condenación! El creyente, la Iglesia, está para salvar, para ayudar, para acompañar la vida del mundo, para comprender y aprender a sanar las heridas de todos.

Monseñor Castillo aseguró la Iglesia necesita escuchar los clamores de la gente para ponernos de acuerdo, de lo contrario, no podremos ser signo de esperanza para los demás.

En el año 2023 habrá la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, donde decidiremos las líneas principales a partir de un camino de escucha y diálogo con los niños, los jóvenes, las amas de casa, las personas con discapacidad, las personas confundidas, inclusive los ateos; porque si no escuchamos, nosotros no podremos responder adecuadamente.

Monseñor Carlos reiteró que debemos esforzarnos en hacer una humanidad fraterna, capaz de resolver juntos los grandes problemas del mundo: «Hemos rezado al Espíritu Santo para que nos acompañe en este camino sinodal, transformando lo que solíamos hacer cada 18 de octubre en situaciones normales: Primero se levanta la imagen del Señor de los Milagros, todos aplaudimos, empieza caminar y lo seguimos. El Señor va por nuestras calles bendiciendo a la ciudad, visitando, sobre todo, a los enfermos de los hospitales, teniendo compasión de nuestras debilidades. Nosotros también estamos llamados a seguir su ejemplo y tener una actitud en salida, siempre en misión», precisó.

Que el Señor se dé a nuestras vidas y lo acojamos para iniciar nuestro gran proceso sinodal con el aporte consciente y responsable de toda la Iglesia a nivel mundial.

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