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Mons. Castillo en El Agustino: Anunciar la cercanía de Dios con nuestra cercanía.

La Parroquia Santa Magdalena Sofía Barat, ubicada en El Agustino, recibió la visita pastoral de nuestro arzobispo de Lima. En la Celebración Eucarística que congregó a muchos fieles, Monseñor Castillo reafirmó el llamado del Papa Francisco a encaminar una Iglesia peregrina que llegue a todos, sin excepción: «El Señor nos invita a anunciar la cercanía de su Reino con nuestra cercanía. Salgamos a anunciar el Evangelio y no los ‘encerremos’ solo en los templos, porque el Señor quiere entrar en lo más profundo de todos para que el Reino de Dios llegue al mundo», reflexionó en su homilía.

Comentando el Evangelio de Lucas (10, 1), que relata la misión encomendada por Jesús a los setenta y dos discípulos: ir de dos en dos a anunciar el Reino de Dios; Monseñor Castillo explicó que el Señor ha llegado a Jerusalén con la intención de decir su Palabra para que penetre en la vida de todas las personas y podamos renacer, ser hombres y mujeres nuevos, es decir, personas que viven en el amor y saben anunciar el Evangelio.

«El Señor llama a sus discípulos a ponerse en camino. Y, ¿qué significa esto? Ponerse en camino es saber que estamos en una situación difícil, pero allí, en medio de los lobos, podemos anunciar el Evangelio y ser discípulos misioneros. Todos podemos serlo, no se necesitan muchas cosas. Uno de los problemas en nuestra Iglesia es que, a veces, pensamos que se necesita mucha plata, muchos aparatos… pero cuando uno vive en la sencillez y anuncia el Evangelio, tiene que estar ligero de equipaje», reflexionó.

Discípulos y discípulas en misión.

El Primado del Perú agradeció el esfuerzo y el espíritu solidario de la comunidad de Santa Magdalena Sofía Barat, que bajo la guía de su párroco, Arturo Alcos, han colaborado desinteresadamente con de las ollas comunes y la organización de las cunas, beneficiando a cientos de familias de las periferias: «Ustedes están al servicio de la Palabra, porque dan testimonio del Señor con sus vidas y nos ayudan a renovar la sociedad. Gracias por ser discípulos misioneros y discípulas misioneras en medio de la Pandemia», reconoció.

Anunciar la Paz en medio de las dificultades para conversar y aclarar.

El arzobispo de Lima también reflexionó sobre la crisis mundial que vivimos a consecuencia de la Pandemia y los conflictos armados, así como la escasez de trabajo y el incremento del costo de vida, perjudicando siempre a los más pobres: «Probablemente, en unos meses, tendremos una crisis económica mundial, y hay que saber enfrentar este momento sin crear terror o desesperarse. Lo que debemos hacer es organizarnos y pensar juntos, y para eso se necesita Paz; no necesitamos andar peleándonos, necesitamos anunciar la Paz en medio de las dificultades, para crear espacios donde podamos conversar y aclarar cómo hacemos para resolver los problemas», remarcó el prelado.

La presencia de la fuerza amorosa de Dios está la gente.

Monseñor Castillo hizo hincapié en el mensaje del Señor a sus discípulos: «Anunciar que el Reino de Dios está cerca». ¿Y de qué manera está cerca? A través de la presencia de la fuerza amorosa de Dios en la gente: «Esa fuerza no es agresiva, es una fuerza fina que suscita esperanza en nuestro pueblo. Todos tenemos cualidades finas para ser evangelizadores y discípulos misioneros, y necesitamos desarrollar nuestra fineza para anunciar y dejar que la Palabra entre profundamente en las personas, las inspire», acotó.

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