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Adviento de la Periferia: Testimonio de las mujeres de ollas comunes

Desde los cerros de Chorrillos, encedemos la segunda vela del «Adviento de las Periferias» junto a las mujeres de la Olla Común «Puertas del Cielo». Ellas nos invitan a «acabar con los “cerros” de la desigualdad y la indiferencia», porque todos «somos hechos para amar, para compartir la vida y no “cerrarnos” en nuestros intereses personales».

Así como María, las mujeres de las ollas comunes se levantan, parten apresuradas y salen al encuentro del Otro, a los «cerros de Judá», para visitar a Isabel; a los cerros del Perú, para compartir el pan. Este es el testimonio que nos dejan las mujeres de la Olla Común «Puertas del Cielo» al iniciarse nuestra segunda semana del Adviento de las Periferias.

«Movidas por el Espíritu del Señor, las mujeres de las ollas comunes hicimos nuevas todas las cosas. ¡Y la esperanza volvió a nacer! Así, también, nacerá el Niño Dios, “escondido” entre los humildes del mundo, los “invisibles” y descartados. ¿Estás preparado para recibirlo?», son las palabras de reflexión que puede apreciarse en el videomensaje.

«Volver» al pesebre. Todos somos hechos para amar.

En el Segundo Domingo de Adviento, todos estamos invitados a «volver» al pesebre, es decir, a la fuente inagotable del amor con que fuimos engendrados, un amor incondicional y gratuito que hemos experimentado desde el vientre materno.

Por eso, nuestras madres de las ollas comunes nos recuerdan que «todos somos hechos para amar» y podemos solucionar los problemas con entrañas de misericordia.

Encendemos la segunda vela del Adviento con la fe puesta en el Dios que nunca abandona y pone su amor en la humanidad.

En el II Domingo de Adviento, iniciemos juntos un proceso de conversión que nos permita renacer como país, y abramos nuestra vida al misterio de la Gracia del Señor.

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