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Jesús Nazareno y la Virgen Dolorosa en la Catedral de Lima

Este Miércoles Santo, nos visitaron las sagradas imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores desde la Basílica Menor de San Francisco El Grande y se posaron al frente del Balcón del Palacio Arzobispal, siendo recibidas por Monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima.

En ese sentido, la intensión de este día fue para orar en comunidad y pedirle a Dios, de manera especial, por el cese de la violencia familiar. Los responsables de la oración fueron los hermanos del Apostolado Franciscano de San Judas Tadeo y la Comunidad de la Orden Franciscana, quienes llegaron con sus pancartas alusivas a los mensajes del día y sus banderas blancas en signo de paz.

Por su parte, Monseñor Salaverry dio inicio con unas palabras a todos los presentes: “Querida familia franciscana, saludamos su presencia en este Miércoles Santo en el que, tradicionalmente, hacemos la procesión del encuentro entre nuestra Madre dolorosa y Jesús Nazareno, el encuentro de la madre con el hijo sufriente, el encuentro de Dios con la humanidad».

Asimismo, nuestro obispo auxiliar, en la víspera del Triduo Pascual, señaló la necesidad de pedir perdón a Dios, representado en la imagen de Jesús Nazareno: “En esta noche santa, queremos ponernos a los pies del Señor, que ha caído 3 veces en el camino al Gólgota, para pedirle que perdone nuestras caídas, para pedirle a Él que ha asumido el peso de nuestras cruces, que su generosidad no tenga límites y que pueda redimirnos con su pasión y que encuentre en nosotros corazones dispuestos a ser transformados por la gracia del perdón”.

De igual manera, dirigiéndose a la Virgen de los Dolores, Monseñor Salaverry pidió su intercesión en favor de la humanidad: “Pero le pedimos también a la santísima virgen María, nuestra Señora de los Dolores, que, con corazón de madre, eleve nuestras súplicas al Señor, para que estas venias que se han dado en el encuentro sean venias que interceden e impetren del Señor las gracias que nosotros necesitamos.

Asimismo, nuestro obispo auxiliar expresó también a todos los presentes rezar, especialmente, por la paz, para que esté presente en todo momento y en todo lugar: “Vamos a pedir por la paz en el Perú, por la paz en nuestras familias, por la paz en las instituciones religiosas, por la paz en nuestros pueblos que todavía sufren el estado de emergencia por la violencia”.

Reflexionando el Evangelio de San Juan (15, 12-15), en el cual relata el mandamiento del amor, Monseñor Salaverry indicó que Cristo, en la Cruz, nos expresa su amor infinito: “Estas fiestas de Semana Santa, estas celebraciones del Triduo Pascual son el mejor signo del amor que Dios nos tiene, con una entrega total, con un vaciamiento total, para entregarse a la humanidad por amor y por obediencia al Padre”.

“Por eso vamos a pedirle al Señor que nos ayude a practicar este mandamiento del amor que también hemos aprendido desde pequeños, pero que tan difícil nos resulta poner en práctica. El Señor nos ayude a dar muestras de amor: “nadie tiene más amor que aquel que da la vida por sus amigos” y la muestra de Jesús, entregando la vida, por nosotros, es la muestra de que nosotros somos los amigos de Jesús, por quien Él lo entrega todo”, manifestó el prelado.

Al término del encuentro, las sagradas imágenes de la orden franciscana retornaron en procesión a la Basílica Menor de San Francisco El Grande. De igual manera, las hermandades responsables del encuentro de oración entregaron donaciones de útiles escolares como ofrenda.

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