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Mons. Castillo: «Jesus, el único camino que conduce a Dios Padre»

En el domingo V de Pascua, Monseñor Carlos Castillo hizo un llamado a profundizar nuestra relación con Jesús y con el Padre, reconociendo que, para llegar a Dios, tenemos que pasar por el camino y las obras que nos dejó Jesús como testimonio. «Quien olvida que vamos todos hacia el Padre, pierde el sentido de las cosas y se fanatiza con todo, inclusive, puede hacer del catolicismo un fanatismo», advirtió.

El prelado habló sobre la importancia de madurar en la fe para no caer en la desesperación cada vez que se suscite un problema. También pidió superar el individualismo y el endiosamiento, para abrir juntos un camino nuevo de esperanza en nuestro país y nuestra Iglesia.

Comentando el Evangelio de Juan (14,1-12), el arzobispo de Lima reflexionó sobre las palabras que Jesús le dijo a sus discípulos: «No se anguestien. Si creen en Dios, crean también en mí». Monseñor Castillo explicó que Jesús viene a revelarnos el verdadero rostro de Dios. «Él nos revela que Dios es un Padre, no una alucinación hecha por nosotros ni una construcción humana en donde nos creemos dioses y hacemos con las personas cualquier cosa», aseveró.

El prelado señaló que el mensaje de Jesús es comprendido de modo distinto por dos de sus discípulos: Tomás y Felipe. Los cuestionamientos que ellos sugieren, nos ayudan a que nosotros también nos interroguemos en nuestra vida para profundizar nuestra relación con Jesús y con el Padre.

La fe de Tomás: una fe en Jesús, pero sin el Padre.

En primer lugar está Tomás, un hombre muy fiel y seguidor de Jesús, pero incrédulo de la Resurrección (quiere tocar para creer). Por eso, no sorprende su respuesta: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino?” La fe de Tomás, asegura el Monseñor Carlos, «está totalmente oculta de la dimensión más grande para la cual viene Jesús. Tomás se facina en Jesús, pero no va al Padre. No entiende que Él es el camino al Padre, porque ha roto el horizonte fundamental, es una fe en Jesús sin Padre«.

En ese sentido, el obispo de Lima advirtió que, cuando separamos a Jesús, camino hacia Dios verdadero, nosotros nos atosigamos con varias cosas inmediatas. «Cuando el Señor nos dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre, sino por Mí”, está abriéndose a una dimensión interesante, verdadera: el sentido último. Y, hoy día, el Papa ha dicho en el Ángelus, que nunca olvidemos la meta última, porque quien olvida que vamos todos hacia el Padre, pierde el sentido de las cosas y se fanatiza con todo, inclusive, puede hacer del catolicismo un fanatismo».

La fe Felipe: una fe en el Padre, pero sin Jesús.

En segundo lugar, está Felipe, que está más preocupado en conocer al Padre (“Señor, muéstranos al Padre y nos basta”). En este caso, resaltó Monseñor Castillo, se trata de una persona que cree en Dios, pero no en la mediación que el Padre ha establecido para llegar a Él, es decir, Jesús.

La expresión “muéstranos al Padre”, es como decir “abracadabra pata de cabra”. Y no comprendemos que el camino hacia el Padre es como el de Jesús: todo su testimonio, todo su sufrimiento, todo su amor, su alegría y su Resurrección.

Por lo tanto, la Liturgia de hoy es una invitación a «unir y no separar», un llamado a entregarnos vivamente a lo que nos propone Jesús para llegar al Padre. «Todos tenemos que hacer una revisión, porque hay personas o maneras de creer distintas en donde tenemos que ayudarnos a tener una unidad en medio de las diferencias, pero siempre en la unidad. Eso implica que, si creemos en Jesús, creemos también que vamos al Padre y que Él, entonces, abre un camino nuevo de esperanza. Y esto tenemos que aplicarlo para nuestras realidades, para nuestros problemas», precisó el prelado.

La respuesta de Jesús a Felipe es muy profunda: “¿Hace tanto que estoy con ustedes y todavía no me conoces?”. Esto va dirigido para la Iglesia de Lima, que es la Iglesia más antigua, la Iglesia matriz, la Iglesia primada: ¿Lima, hace tanto tiempo que estoy con ustedes y todavía no me conoces?

De este modo, el Señor deja un mensaje claro: la mejor manera de transparentar al Padre es haciendo sus obras. «Si no separamos al Padre de Jesús y Jesús del Padre, si sabemos que Jesús es el camino para llegar al Padre amoroso que nos tiene preparada una estancia, nos quitamos el miedo, nos sentimos acompañados y, simultáneamente, nos dejamos llevar por esa inspiración para actuar», reflexionó el Primado del Perú.

Y, ¿de qué manera podemos hacer las obras del Señor? Recientemente, nuestras parroquias limeñas han dado ejemplo que es posible dar testimonio del Señor sirviendo a los demás, especialmente, nuestras parroquias más pobres, que son las que más han compartido (junto a otras más de 60 iglesias de la Arquidiócesis).

Finalmente, Monseñor Castillo afirmó que es posible superar los problemas y entrampamientos de nuestro país si aprendemos a llegar a Dios a través de Jesús, a través del amor que nos acompaña y nos inspira a dar las iniciativas más interesantes para afrontar las dificultades, para aprender a servir y ser solidarios.

La Eucaristía de este V domingo de Pascua, celebrada en la Basílica Catedral de Lima, contó con la participación de las hermanas voluntarias del Puericultorio Pérez Araníbar.

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