Se cumplen tres años desde que el Cardenal Carlos Castillo dispuso, mediante decreto extraordinario para nuestra sede arquidiocesana, que cada 12 de septiembre, durante la Fiesta del Santísimo Nombre de María, se celebre la advocación a María Sede de la Sabiduría «para dar gracias a Dios por los dones de sabiduría pacificadora» que permitieron el inicio del proceso de pacificación en el Perú hace 33 años.
Frente a la imagen de la Virgen de la Sabiduría, el arzobispo de Lima recordó la importancia de «acoger el don de la sabiduría que nos ayuda a vivir en comunidad y ponernos de acuerdo para generar climas de paz».
Considerando que la Iglesia «está para ser fuente de comprensión y resolver los problemas más fundamentales con un sentido de corrección fraterna, de manera prudente y con fineza», la advocación a María Sede de la Sabiduría es una oportunidad para reflexionar juntos «con inteligencia profunda y comprensión ponderada las situaciones que venimos afrontando como país y como Iglesia».
De esta manera, en nuestra jurisdicción eclesiástica, cada 12 de septiembre celebraremos la veneración del Dulce Nombre de María, fiesta universal de la Iglesia, en su dimensión de Sede de la Sabiduría, «para pedir a Dios la gracia de la sabiduría mediante actitudes e iniciativas de paz en la vida de todos los peruanos».
