Surquillo: Asamblea Sinodal en Parroquia San Vicente de Paúl

La Parroquia San Vicente de Paúl, en Surquillo, vivió su Asamblea Sinodal Parroquial convocando a más de 170 miembros de la comunidad, entre facilitadores, agentes pastorales, jóvenes y vecinos de la zona.

María Moscoso, laica facilitadora, destacó los principales puntos de mejora que surgieron en el discernimiento comunitario: fortalecer la difusión de actividades en redes sociales, promover espacios permanentes de recreación, escucha y diálogo, realizar dos asambleas parroquiales al año, y fomentar una mayor cercanía de los sacerdotes con la comunidad a través de gestos sencillos.

También se propuso impulsar jornadas para familias, niños y jóvenes, formar a los agentes como guías espirituales, intensificar las actividades de apoyo social y dar mayor formación litúrgica a la feligresía.

“Estos encuentros son importantes porque nos permiten escucharnos, reconocer lo bueno que se ha hecho y, sobre todo, construir juntos nuevas propuestas para el bien de toda la comunidad parroquial”, afirmó Moscoso. Además, señaló que ya se perciben pequeños cambios, como una mayor disponibilidad para la confesión, necesidad que ha sido muy valorada por la comunidad parroquial.

Frutos pastorales y sinodales

El párroco, P. Mario Yépez Barrientos CM, explicó que, aunque todavía es pronto para hablar de frutos inmediatos, la parroquia ya viene caminando en espíritu sinodal desde hace tres años. “Hemos crecido en la integración parroquial y en la formación bíblica y doctrinal, lo cual favorece un buen ambiente para organizar mejor el trabajo pastoral”, comentó.

También recalcó el impulso al trabajo con niños y jóvenes, la acogida de nuevos miembros en los grupos parroquiales y la importancia de renovar generacionalmente la comunidad. “Las asambleas son un espacio donde los fieles pueden aportar y sentirse responsables de la vida parroquial. Me alegra que la arquidiócesis de Lima favorezca estos espacios de diálogo y oración en común”, subrayó.

Una Iglesia que acompaña

Entre las preocupaciones compartidas se resaltó la necesidad de ser una comunidad cercana, que acompañe a las familias, escuche a los jóvenes y ofrezca más espacios de formación y servicio. Para los participantes, la sinodalidad no solo se vive en la asamblea, sino también en la vida cotidiana, cuando la fe se transforma en gestos de acogida, solidaridad y misión.

Preparación de la Asamblea

La preparación de este encuentro fue fruto de un proceso organizado junto al EPAP y el Consejo Pastoral. Desde principios de año se planificaron talleres de formación para 27 facilitadores, se elaboró un calendario de reuniones con los diferentes grupos pastorales, se aplicó la metodología de la Conversación en el Espíritu y se escuchó la voz de los fieles a través de encuestas en las misas dominicales.

Posteriormente, cada grupo eligió a sus representantes para la asamblea y se entregó material previo con las preguntas de trabajo, asegurando así la participación activa y preparada de todos. “Este camino compartido nos permitió llegar a la asamblea con un espíritu de escucha y comunión, trayendo la voz de toda la comunidad parroquial”, concluyó el P. Mario.