En la Fiesta de San Juan de Letrán, el Cardenal Carlos Castillo visitó la diócesis hermana de Chosica, en el marco de su 29 aniversario de vida pastoral. Durante la Eucaristía celebrada frente a miles de peregrinos, el Primado del Perú recordó que la fe se construye en comunidad, desde la sencillez de los santos cotidianos y a ejemplo de San Martín de Porres, patrono de la diócesis chosicana.

En un ambiente de profunda alegría y reflexión, la diócesis de Chosica celebró su 29 aniversario con una Misa de Campaña que, este año, ha coincidido con la Fiesta Universal de la Iglesia de San Juan de Letrán. La Eucaristía fue oficiada por el Cardenal Castillo, y concelebrada por Monseñor Jorge Izaguirre, obispo de Chosica.
El Cardenal Castillo destacó que esta fecha es también una oportunidad para agradecer el camino recorrido a lo largo de estos 29 años: “La celebración de hoy coincide con el inicio de la historia de nuestra querida diócesis de Chosica. Y esto es muy importante porque hoy estamos compartiendo el testimonio de muchos ‘santos de la puerta de al lado’, como diría el Papa Francisco, hombres y mujeres que, con su fe sencilla, nos dan aliento y han hecho posible que organicemos toda esta diócesis enorme”.
San Martín de Porres: modelo de humildad y justicia social
Frente a la imagen de San Martín de Porres, el arzobispo de Lima recordó que se trata de “una persona humilde y sencilla”, pero a la vez “patrón de la justicia social, esa justicia social que todos estamos anhelando y que cada día desaparece más en este mundo”. Expresó que el santo dominico “siempre estuvo atento a la gente sencilla” y que su ejemplo debe inspirar el compromiso cristiano frente a las nuevas formas de indiferencia y desigualdad que atraviesan al mundo.
Celebramos en un mundo donde está predominando el olvido de la humanidad. Y nosotros somos una diócesis que vino para recordarle a todos que la humanidad es fundamental y que ser verdaderamente humano es el amor.
Desarrollar la vocación sinodal de caminar juntos
La diócesis de Chosica, conformada por parroquias y comunidades de diversas zonas, ha crecido a lo largo de estos años gracias a la organización y la participación de su gente. Así lo ha manifestado el obispo de Lima:
“Nuestra diócesis es patrimonio común del Pueblo de Dios y, por lo tanto, permanentemente tenemos que estar activos, suscitando en ustedes la capacidad de participar y de tomar decisiones que se hacen en común, pero no sin previa escucha”.
Esa vocación sinodal de caminar juntos implica «mirar más allá de uno mismo, mirando el rostro de los demás». Esta forma de vivir la fe no es una actitud permanente de diálogo, empatía y servicio: “Todo el camino de Jesús es un diálogo permanente y un intercambio de las necesidades y los problemas que la gente tiene”.
Frente a la dura realidad de la pobreza creciente y la indiferencia de los poderosos en el mundo, el Cardenal Castillo sostuvo que el testimonio de la diócesis de Chosica reafirma la esperanza. “Nuestra misión es recordarle al mundo que la humanidad es amor y que Dios sigue actuando”.
Intuición, sabiduría y amor: el camino que enseña San Martín
En otro momento, advirtió sobre el riesgo de una humanidad dominada por la tecnología y el cálculo, en referencia a los avances de la inteligencia artificial: “Podemos dejar de ser humanos porque, teniendo la inteligencia artificial, teniendo los robots, nosotros se lo dejamos a ellos y ya no consideramos que nuestra tarea es tratar y amar”.
Frente a eso, propuso volver al equilibrio entre la razón y la intuición, “porque hay algo más importante y superior a la ciencia: la sabiduría”. Citando a Blaise Pascal, explicó que el ser humano tiene “un espíritu de geometría” (la razón) y “un espíritu de fineza” (la intuición), recordando que este último “viene del útero materno, de la experiencia del amor gratuito que nos enseña el Señor a través de la madre”.
Ese amor gratuito, dijo, es el que inspira el estilo pastoral de la diócesis y de sus santos: “Martín de Porres intuía cuando la gente venía con una necesidad y conversaba. Y eso es fundamental: escuchar y conversar”.
Finalmente, dirigiéndose a los miles de fieles en los exteriores de la Catedral de Huaycán, el Primado del Perú los exhortó a continuar siendo testimonio del amor y la esperanza de Cristo en el mundo: “Que esta diócesis preciosa, llena de vida, de alegría y de esperanza, con todos los problemas que tenemos, siga siendo parte de esta misión universal”.





