Cardenal Castillo: Fe de ojos abiertos para reconocer los signos del Señor en la humanidad

«Hoy, el Señor nos quita los miedos y nos invita a levantar la cabeza, a observarlo en cada situación», es la reflexión del Cardenal Carlos Castillo en la misa dominical celebrada en Catedral de Lima. El Primado del Perú recordó que la fe cristiana «es una religión de ojos abiertos, no de ojos cerrados», porque «se vive en la historia y está orientada al futuro de nuestra vida».

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En alusión al evangelio de hoy (Lucas 12, 32-48), el arzobispo de Lima afirmó que el Señor quiere hablarnos para ayudarnos a comprender cuál es la misión específica de la Iglesia en un mundo convulsionado: «Estamos en un camino sinodal, un camino para ir juntos a anunciar el Evangelio en el mundo, a través de todas nuestras experiencias diversificadas y complejas en las que estamos», adelantó.

En ese sentido, las palabras del Señor, «No temas, pequeño rebaño», es un aliento a permanecer en espera y preparados para «identificar la presencia y los signos de Jesús en cada momento histórico que la humanidad va teniendo». Y, por eso, no solamente se trata de salvar el alma, sino el cuerpo. Ambos participan también del Reino que Dios nos ha prometido.

«Si solamente buscamos salvar el alma y rezamos mucho, pero no identificamos al Señor y actuamos de acuerdo con su voluntad, no respondemos al llamado de Dios, que nos ha regalado su Reino, nos ha educado en la fe y mostrado sus obras de amor», reflexionó el Prelado.

La fe no es un amor que parte de nosotros, nos ha sido dado y, por tanto, lo testimoniamos. Los cristianos, somos personas que estamos atentos a todos los signos de la presencia del Señor. Y, en esos signos, identificamos a qué cosa nos llama la realidad en donde está Dios, y qué hacer nosotros para colaborar con su Reino.

El Cardenal Castillo reiteró que la actitud del cristiano no puede reducirse a «mirar únicamente en su interior». Es verdad que, en el silencio y en la oración profunda encontramos la inspiración del Señor, pero es para que, luego, «abramos los ojos y salgamos en misión. Y agregó:

«La fe cristiana es una religión de ojos abiertos, no de ojos cerrados. En cada persona que vemos, en cada situación concreta en la que estamos, en las situaciones difíciles que hay en la humanidad, en toda esta tragedia que se está viviendo, allí, nosotros reconocemos que Dios nos está llamando».

La fe cristiana se realiza en hacer la voluntad de Dios en las circunstancias que tenemos. Salvar el alma es salvar todo el ser, toda la sociedad y las relaciones. La humanidad está clamando por una intervención en esta situación trágica para neutralizar los elementos de guerra, de injusticia, de maltrato, de desesperación por el poder y el dinero que hay en la mayoría de la dirigencia mundial.

En otro momento, el obispo de Lima saludó la gran acogida que viene teniendo las Asambleas Sinodales Parroquiales, convocando la participación de nuestras comunidades parroquiales en toda la ciudad. Este gesto de sinodalidad – refirió – nos permite redescubrir que somos un pueblo sujeto, activo, consciente y digno. Esta es «la mejor manera de dar testimonio de que Dios es Trinidad, es comunidad y fundamento de una humanidad comunitaria».

Ahí donde está tu tesoro, ahí está tu corazón”, dice el Señor. El arzobispo Castillo indicó que, detrás de estas palabras, hay un aprendizaje difícil que requiere capacidad de interiorización, porque no solo se habla del amor propio, sino del amor en relación a los demás. Por una parte – apuntó – hay que descubrir al ‘otro’ que vive en mi, superando los prejuicios que nos impiden un «yo» auténtico. Pero, por otra parte, salir de nosotros mismos para comprender las situaciones que vive el Otro. «La Iglesia es significativa en el mundo si comprende todas las realidades difíciles y logra encontrar a su Señor, agarrarse de Él y transformar este mundo», acotó.

Sigamos este camino que la Iglesia va empezando a encontrar y que no la lleva por las «nubes», sino que la enraíza en el mundo para llegar al Reino de Dios prometido.

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Durante la Eucaristía fue presentado el logo del Jubileo Arquidiocesano de los Jóvenes y la mochila peregrina que acompañará a nuestros jóvenes en el gran encuentro diocesano previsto para este 7 de septiembre en el Colegio de la Inmaculada.