Monseñor Cornejo: Seamos templos vivos que acogen y aman

En el marco del Jubileo de los Migrantes, Monseñor Guillermo Cornejo presidió la Santa Misa en la Catedral de Lima. Acompañado de la comunidad de migrantes, nuestro obispo auxiliar hizo un llamado a redescubrir al Señor convirtiéndonos en templos vivos que acogen, protegen y aman a los más pobres, especialmente, a quienes son marginados por su condición de migrante.

“Tenemos que amar, querer a los enfermos, a los inmigrantes, a los que están en la cárcel, a los que más sufren, a los más necesitados. Nunca buscar intereses personales, sino mejorar nuestra Patria, nuestra Iglesia y nuestra realidad”, comentó en su homilía.

Monseñor Cornejo explicó los tres elementos que deben estar presentes en la reflexión de todo cristiano: “El por qué nos encontramos aquí, la Palabra de Dios y nuestra relación con la esperanza”. De este modo, exhortó al Pueblo de Dios a profundizar el sentido de la liturgia para reconocer la presencia viva de Jesús no sólo cuando participamos de la Eucaristía, sino en el corazón de las circunstancias.

Reflexionando sobre las lecturas del día, el obispo auxiliar de Lima recordó que “el templo de Dios es Cristo, y ese templo somos todos nosotros”. En ese sentido, afirmó que la celebración litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Letrán nos lleva a reafirmar nuestra identidad católica y nuestra comunión con la fe de los apóstoles:

La celebración de Letrán es la reafirmación de nuestra identidad católica, de nuestra comunión con la fe de los apóstoles, de modo particular con la fe del apóstol Pedro y de todos nuestros papas.

En referencia al Evangelio según San Juan (2, 13-22), Monseñor Cornejo subrayó la importancia de purificar nuestras actitudes egoístas, pensando en el bien común y dando testimonio de servicio:

“Jesús viene este domingo con su luz divina a hacernos ver que nos va a iluminar y purificar las oscuridades de nuestro corazón, de la indiferencia y la superficialidad. Hoy nos invita a vivir con gratitud nuestras iglesias y nuestro templo espiritual con alegría en este Año Jubilar”.

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Monseñor Cornejo señaló que la verdadera presencia de Dios no se limita a los templos materiales, sino que se manifiesta en la vida de los creyentes: “La humanidad del Señor es la real posibilidad de comunión con Dios. Su cuerpo es el templo que, destruido por la muerte, es reconstruido al tercer día por la Resurrección”.

Migrantes: testigos de esperanza y fe

En el marco del Jubileo de los Migrantes, Monseñor Cornejo reafirmó el compromiso de la Iglesia Universal con las comunidades migrantes, sobre todo, con aquellas que vienen siendo perseguidas y despreciadas:

“El Papa nos invita a que las señales de esperanza hacia los inmigrantes que buscan una vida mejor para ellos y para sus familias sean reales. Las acogidas deben ir acompañadas de posibilidades para que todos tengan derecho a un futuro mejor”, advirtió.

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Aseguró que los desplazados, refugiados e inmigrantes “deben tener seguridad, acceso al trabajo y a la educación para integrarse a la sociedad”. Y reiteró que “la comunidad cristiana debe defender a los más débiles, abrir sus puertas para que todos tengan la esperanza de una vida mejor».

Jesús viene con su luz divina a iluminar y purificar las oscuridades de nuestro corazón.