La comunidad de la Parroquia San Francisco de Borja celebró su Asamblea Sinodal convocando a más de 90 personas, entre laicos, representantes de grupos pastorales y movimientos eclesiales, para vivir en un ambiente fraterno de acogida, diálogo y discernimiento.

Durante el desarrollo de la metodología de la Conversación en el Espíritu, se identificaron diversos desafíos que, según se manifestó, requieren ser abordados con mayor realismo en la vida comunitaria. Entre ellos, se destacó la falta de apertura de algunos grupos parroquiales a nuevas ideas o aportes, la desigualdad en la participación entre jóvenes y adultos, la necesidad de la formación en la fe. También se reflexionó sobre el uso de las redes sociales como herramienta para la evangelización.
Rosa Villar, representante del consejo pastoral, destacó el valor de estos espacios de escucha. “Nos permite escuchar al Otro sin prejuicios ni restricciones. Las Asambleas Sinodales Parroquiales nos interpelan y nos impulsa a desarrollar acciones concretas de mejora”, expresó.
Por su parte, el párroco Dionicio Alberca, aseguró que las asambleas generan una mayor conciencia sobre la necesidad de caminar juntos, y requiere de una responsabilidad compartida que la comunidad debe asumir como misión, promoviendo una cultura de escucha y respeto mutuo.


Así se preparó la parroquia San Francisco de Borja
En sintonía con el Plan Pastoral Arquidiocesano 2025 y siguiendo el cronograma de las actividades, la Parroquia San Francisco de Borja se preparó con anticipación mediante reuniones mensuales y un retiro comunitario.
La capacitación a facilitadores, en tanto, permitió una mayor organización del equipo y una comprensión más clara de sus funciones. Asimismo, se convocó a toda la comunidad a participar activamente y se designaron nuevos facilitadores dentro de una dinámica más integral y social.

