La Pastoral de la Salud de nuestra Arquidiócesis de Lima se organizó para llevar alegría en esta Navidad. Fue así que, junto a cientos de voluntarios, se vivieron cuatro encuentros con más de mil niños y doscientos adultos mayores de Pamplona Alta, Villa María del Triunfo, El Agustino y Breña.

Como ya es costumbre, la Pastoral de Salud apeló a la gran generosidad de cientos de voluntarios anónimos para visitar a los niños y ancianos de nuestra ciudad. El resultado ha sido, en palabras del padre Miguel Ángel Vassallo, «una experiencia muy emocionante que reafirma la importancia de promover una Iglesia cercana y amiga con los más necesitados».
Para esta ocasión, se logró convocar a más de doscientos voluntarios de distintos puntos de la capital, todos reunidos con un mismo propósito: compartir el pan en esta Navidad y llevar una palabra de aliento.

Con una cálida bienvenida, uno a uno fueron ingresando los niños y niñas para participar de una Eucaristía comunitaria, momentos de juego e integración.
Posteriormente, el grupo de voluntarios acudió a la Residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados para compartir un espacio fraterno de oración y diálogo.

«Este acompañamiento y donación de nuestro tiempo es también una manera de fortalecer la salud emocional y espiritual», recuerda el padre Vassallo, quien remarcó que la misión evangelizadora debe ir acompañada del entusiasmo de nuestros niños, jóvenes y adultos mayores.
A través de este gesto significativo y solidario, la Pastoral de Salud expresa sus deseos de un año próspero, solidario y más humano, llevando una voz de consuelo a quienes más necesitan de nuestra compañía y escucha.
