S. ONÉSIMO, DISCÍPULO DE S. PABLO
Esclavo en Colosas, después de haber robado a su patrón Filemón, discípulo de San Pablo, huyó a Roma. Allí conoció a Pablo, prisionero, que lo convirtió y lo envió de vuelta a Filemón, pidiéndole que lo acogiera no ya como un esclavo sino como un hermano. (cf. Fil 1,16). Onésimo evangelizó el Asia.
SS. FAUSTINO Y JOVITA, MÁRTIRES
Caballeros descendientes de una familia pagana de Brescia, se convirtieron al cristianismo gracias al obispo Apolonio, que nombró presbítero a Faustino y diácono a Jovita. Decapitados durante la persecución de Adriano entre el 120 y el 134, se les representa con la espada y la palma del martirio.