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Cumpliendo todos los protocolos, y en compañía de un grupo reducido de sacerdotes y los obispos auxiliares, Monseñor Carlos Castillo presidió la Misa Crismal desde la Basílica Catedral de Lima: «estamos unidos en este ministerio que hemos recibido gracias a la unción en el Espíritu, y este Espíritu es la fuente inagotable de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que vivimos, de lo que esperamos», expresó el prelado al inicio de su homilía. (leer homilía completa)

Descargar Homilía de Monseñor Carlos Castillo (Transcripción)

«No hemos sido ungidos para ser un grupo separado, sino para ser una nación Santa. El gran proyecto de Dios es que todo el pueblo sea un Pueblo de Reyes, un Pueblo Sacerdotal y un Pueblo Profético, y para ello, se necesitan servidores. Nosotros somos consagrados para que podamos constituir a nuestro pueblo», indicó el Arzobispo de Lima.

Monseñor Castillo explicó que, a pesar de ser injustamente apresado y sentenciado, el Señor «no se desquita de los enemigos con una venganza destructiva, sino con la construcción de algo nuevo que los envuelve y los sigue llamando a la conversión. Y, por eso, nuestro sacerdocio, en primer lugar, es espiritual, porque es la comunicación de su amor inefable, irreversible, generoso, generador, generativo y constructor de nuevas formas de vivir, todas llenas de ese amor gratuito del cual brota la justicia».

El Obispo de Lima agradeció el esfuerzo de todos los sacerdotes que, en esta situación de Pandemia, han dado todo lo posible para que la gente sienta que el Señor no los abandona: «lo veo en las obras de servicio y de compartir que han realizado en toda la Arquidiócesis. No solo ha estado presente la ayuda material, sino también la ayuda espiritual del consejo, de los propios sacramentos, inventando nuevas formas para compartirlos, y así, poco a poco, aprender a sostenernos en una situación que podría prolongarse mucho más».

Somos sacerdotes para todas las circunstancias complejas de la vida.

Carlos Castillo señaló que el sacerdocio es un llamado a actuar en todas las circunstancias complejas y extremas de la vida: «La Iglesia siempre leyó los signos de los tiempos y los leyó en forma profunda, no superficial. Y la época que vivimos requiere, de todos nosotros, una mayor visión, una mayor comprensión de las cosas para lo cual nos formamos, a través de la reflexión y la meditación que hacemos. No estamos destinados solamente al pequeño mundo que tenemos. Hemos de sacrificar el propio mundo para abrirnos a las necesidades reales de la gente», reflexionó el Primado del Perú.

En estos meses, hemos aprendido que la constancia de los problemas que están ocurriendo con la enfermedad, se unen al calentamiento global, a la producción de accidentes geográficos gravísimos, a la confusión en la dirección de las sociedades, y también, a la crisis de la Iglesia y del sacerdocio.

Monseñor Carlos pidió una mirada más amplia y un corazón más ancho para salir de «nuestros munditos pequeños y egoístas», creyendo que las soluciones «están a la puerta de lo que más me gusta o de lo que yo creo que es la doctrina». Y añadió: «Los sacerdotes no actuamos por nuestra opinión, sino por cumplir las escrituras como Jesús, cumplir la voluntad de Dios. Y para eso, hay que hacer un arduo trabajo de profundización».

Recordando las palabras del Santo Padre: ‘Sin un futuro solidario de hermanos, no es posible un mundo nuevo’, el Arzobispo reiteró que es necesario intentar salir a construir nuestras parroquias misioneras y solidarias: «si perdemos de vista eso, que es lo fundamental, nos distraemos y renunciamos a nuestro sacerdocio. Una religión que no tiene como fundamento y enseñanza el amor, está condenada a perecer», puntualizó.

Nuestra condición de sacerdotes no es un elitismo clerical, es un servicio que requiere, de nosotros, estar atentos a la voluntad de Dios en su Palabra para hacer el ejercicio permanente de discernir. Estamos en buen camino para reformar nuestra Iglesia, para superar algunas costumbres que, quizás, en otras condiciones, pudieron haber funcionado para iluminar la historia, pero que ahora son totalmente deficientes. 

«Nuestra gente está ávida de sentido, ávida de Palabra y necesita sacerdotes no distraídos, pensando en cosas infantiles que no valen la pena – prosiguió el Obispo – tenemos que ayudarnos y acompañarnos en este proceso de madurez de nuestro sacerdocio».

Estar asistidos por el Espíritu Santo, nos permite la posibilidad de encontrarnos claramente ante nuestra debilidad, y agradecer a Dios, porque en medio de esa debilidad, Él nos recoge, nos alienta y nos ayuda a sanar las heridas.

Monseñor Castillo precisó que los obispos y los sacerdotes deben saber gobernar con amor, traduciendo cada signo en algo significativo, para que el rito no se convierta en una mera repetición, sino que sea «palpitación profunda de la vida del Espíritu. No somos repartidores de sacramentos, sino compartidores del amor de Dios. Hoy se nos exige eso, porque necesitamos responder al clamor general  de nuestro pueblo, darle aliento, vida y esperanza».

«Le pedimos a Dios, que sepamos seguir nuestro camino de pastores con humildad, porque no se trata aquí de poderes ni de privilegios, ni de ensañamientos, ni de desprecio. Se trata de ser fiel al Señor, y para eso, no podemos confiar en nuestras fuerzas, sino en su misericordia», acotó.

Garanticemos la limpieza y claridad del Evangelio.

A propósito de la difícil situación coyuntural que vive nuestro país, Monseñor Carlos Castillo evocó el llamado de los obispos de los Estados Unidos a la responsabilidad política (leer documento completo):

«58. La Iglesia está involucrada en el proceso político, pero no es partidaria de ningún partido. La Iglesia no puede abogar por un candidato o partido político sobre los demás. Nuestra causa es la defensa de la vida y dignidad humanas, y la protección de los débiles y vulnerables.

59. La Iglesia participa en el proceso político, pero no debería ser utilizada por él. Damos la bienvenida al diálogo con líderes políticos y candidatos; buscamos encontrar y persuadir a quienes ejercen cargos públicos. Los eventos político-sociales y las oportunidades de fotografiarse no pueden sustituir a un diálogo serio».

Sobre el tema, el Arzobispo de Lima citó también las palabras del Cardenal Pietro Parolín, Secretario de Estado de la Santa Sede:

“Creo que al usar los símbolos religiosos para manifestaciones de parte como son los partidos se corre el riesgo de abusar de estos símbolos. Por nuestra parte no podemos permanecer indiferentes ante esta realidad” (5/19)

“Creo que la política partidaria divide, en cambio Dios es de todos. Invocar a Dios en favor de sí mismos es siempre muy peligroso. (5/19)»

Carlos Castillo invocó a que los decanos, vicarios y obispos compartan estas orientaciones en las comunidades parroquiales de nuestra Arquidiócesis. Finalmente, hizo un llamado importante: «no mezclemos las cosas y garanticemos la limpieza y claridad del Evangelio enseñado con la profundidad con que nos ha dicho Jesús, para formar las consciencias y de ahí cada uno decida en libertad».

En este Martes Santo, Monseñor Guillermo Elías, nos invita a reflexionar sobre el tema: «El dolor de que los hijos y padres no estén juntos, políticas sociales, culturales y económicas que provocan esta situación».

Queridas familias, que los hijos y los padres logren ser, a imagen de la Sagrada Familia, ese núcleo en el que vivamos nuestra niñez, adolescencia, juventud, adultez y ancianidad.

El Obispo Auxiliar de Lima, invocó a nuestras comunidades parroquiales a profundizar el tema de este Martes Santo: «Hoy, reflexionaremos el dolor de esos hijos sin padres, y de esos padres que no logran integrar a sus hijos. Que podamos seguir en familia reflexionando y creciendo en esta Semana Santa tan especial en medio de esta Pandemia, en la que hay tanto dolor, pero también tanta iluminación entre nosotros».

A un año del inicio de la Pandemia, la Iglesia de Lima se prepara para vivir una nueva Semana Santa aislados físicamente pero unidos espiritualmente. Bajo el lema: «Un miembro de la familia se entrega por nosotros para que toda la familia tenga vida», nuestra Arquidiócesis propone una serie de gestos para realizar desde casa.

Por segundo año consecutivo, la celebración de Semana Santa se verá afectada por la Pandemia. Y aunque no podamos acudir a los templos masivamente, podemos llevar a Jesús Resucitado en nuestros corazones, reconociéndolo como un miembro más de nuestra familia.

En ese sentido, la Arquidiócesis de Lima ha elaborado un plan de actividades (descargar aquí) que podemos realizar virtualmente desde casa y con la participación de nuestras comunidades parroquiales.

Semana Santa: Inspirados en Jesús aprendemos a amar como Él nos amó.

Con el propósito de prepararnos en familia, este viernes 26 de marzo se llevará a cabo el ‘Vía Crucis de la Periferia’, un encuentro virtual que contará con la participación de todas las vicarías de nuestra Arquidiócesis.

Cada estación estará dedicada a los grupos humanos más vulnerables por la crisis sanitaria en todo el mundo: enfermos, fallecidos, voluntarios y migrantes. El Vía Crucis de la Periferia será transmitido por las redes sociales del Arzobispado de Lima a las 20:00 horas.

Domingo de Ramos: Prepararnos desde casa.

Domingo de Ramos: la Celebración Eucarística se transmitirá a las 11:00 horas por el Canal del Estado (TV Perú). Las Parroquias de nuestra Arquidiócesis también celebrarán en distintos horarios.

Reflexión en Familia: 20 minutos antes de participar de la Celebración Eucarística, meditar en familia: ¿Este ramo es un simple recuerdo o una memoria viva que permite a Jesús entrar en nuestras vidas?

Recomendación: colocar en familia, el ramo bendecido durante la misa, por dentro de nuestra casa.

Lunes, Martes y Miércoles Santo: charlas de reflexión.

Durante el Lunes Santo, Martes Santo y Miércoles Santo, se ha previsto un ciclo de reflexiones con la participación de las vicarías de nuestra Arquidiócesis. El horario y la transmisión de cada videoconferencia será anunciado oportunamente.

Misa Crismal: el Martes Santo, a las 10:00 horas, se llevará a cabo la Misa Crismal presidida por el Monseñor Carlos Castillo. La transmisión se realizará por las redes sociales del Arzobispado de Lima.

Vigilia de oración: con la participación de las vicarías, nuestras comunidades parroquiales participarán virtualmente de la vigilia de oración por nuestros sacerdotes, familias y enfermos (pronto se anunciará el horario).

Jueves Santo: un gesto de servicio mutuo en familia.

Cena del Señor: participa desde casa a las 18:00 horas de la Celebración Eucarística que presidirá Monseñor Castillo. Transmite el Canal del Estado (TV Perú). Las Parroquias de nuestra Arquidiócesis también celebrarán en distintos horarios.

Reflexión en Familia: antes de participar de la Cena del Señor, meditar en familia: ¿Qué nos ayuda a vivir en familia? ¿Cómo y por qué compartimos las alegrías y las tristezas?

Recomendación: se propone a las familias un hermoso y profundo gesto de servicio mutuo que consiste en el lavado de los pies entre todos los miembros del hogar.

Recorrido Virtual de las Siete Iglesias: la Pastoral Juvenil también ha previsto un momento de oración y reflexión en el «Recorrido virtual por las siete iglesias» que se transmitirá a las 21:00 horas del Jueves Santo desde la página de Facebook de la Pastoral Juvenil y la página de Facebook del Arzobispado de Lima.

Viernes Santo: Meditación sobre el misterio de la Cruz.

Sermón de las Siete Palabras: la transmisión desde la Iglesia Las Nazarenas, inicia a las 12:00 horas a través del Canal del Estado. Posteriormente continuará el Oficio de la Adoración de la Cruz.

Reflexión en Familia: 30 minutos antes del Sermón de las Siete Palabras, colocar un crucifijo antes de orar. Leer el relato de la Pasión del Señor (Mc 14, 1—15, 47) y realizar un silencio meditativo. Luego responder: ¿Hemos “crucificado” unos a otros con discusiones, ofensas o agresiones?

Recomendación: colocar alrededor del crucifijo: fotos de enfermos, personas en situación de vulnerabilidad y orar por ellos. Colocar un clavo al lado del crucifijo y dejarlo hasta el Domingo de Resurrección.

Sábado de Gloria: vigilia de oración.

Vigilia Pascual: inicia a las 22:00 horas desde la Basílica Catedral de Lima y se transmitirá por la señal de TV Perú (Canal del Estado). Las Parroquias de nuestra Arquidiócesis también celebrarán en distintos horarios.

Reflexión en Familia: Reunir a la familia para responder las preguntas: ¿Por qué invocar y tener presente a María en nuestra casa? ¿Quién es ella para nosotros? Se sugiere el rezo del Santo Rosario en familia.

Recomendación: al finalizar la Vigilia Pascual, realizar un último gesto familiar denominado ‘Pacto de Resurrección’. Realizar un pacto (en un pergamino) donde cada familiar se compromete a vivir como resucitado:
Yo, …, como padre, ¿a qué me comprometo?
Yo, …, como madre, ¿a qué me comprometo?
Yo, …, como hijo, ¿a qué me comprometo?

Domingo de Resurrección: Empecemos el Bicentenario, resucitados todos.

Celebramos con júbilo la fiesta central de la profesión de nuestra fe, que es sinónimo de alegría, luz y esperanza para todos, creyentes y no creyentes. Jesucristo ha vencido a la muerte para darnos vida en abundancia.

Domingo de Resurrección: la Misa de Resurrección se transmitirá desde las 11:00 horas por TV Perú (Canal del Estado). Las Parroquias de nuestra Arquidiócesis también celebrarán en distintos horarios.

Reflexión en Familia: Uno de los familiares reemplazará el clavo al pie de la Cruz por una flor blanca. ¡Cristo ha resucitado! Nos abrazamos como familia.

Con el lema «Joven, a ti te digo, ¡Levántate», la Pastoral Juvenil de nuestra Arquidiócesis de Lima, nos invita a vivir esta Semana Santa realizando una serie de gestos complementarios desde nuestras pequeñas comunidades.

El Espíritu creativo y entusiasta de los jóvenes ha hecho posible que podamos vivir una Semana Santa diferente, aislados socialmente pero unidos en la fe, el amor y la solidaridad.

En ese sentido, la Pastoral Juvenil comparte algunas recomendaciones para compartir con nuestras familias. Cada día de esta Semana Santa tiene un pequeño gesto pero muy significativo para redescubrir el misterio del amor gratuito de Dios.

Jueves Santo: Corazones en puertas, ventanas y balcones.

En el día del mandamiento del amor: la Eucaristía, los jóvenes nos invitan a decorar nuestras puertas, ventanas y balcones con pequeños corazones. Oremos también por el ministerio de nuestros sacerdotes y ahondemos en el misterio del servicio a los más necesitados por la Pandemia.

Invitación especial: la Pastoral Juvenil también ha previsto un momento de oración y reflexión en el «Recorrido virtual por las siete iglesias» que se transmitirá a las 21:00 horas del Jueves Santo desde la página de Facebook de la Pastoral Juvenil y la página de Facebook del Arzobispado de Lima.

Viernes Santo: una cruz en nuestras puertas y ventanas.

«Jesús ha dado su vida en la cruz para redimirnos», nos recuerdan los jóvenes. Por eso, la comunidad nos invita a colocar una cruz en nuestras puertas, ventanas y balcones, como un gesto de acompañamiento y reconocimiento a todos los Cristos sufrientes de esta Pandemia.

Invitación especial: desde las 12:00 horas, sintoniza el Canal del Estado (TV Perú) para participar desde casa del Sermón de las Siete Palabras.

Sábado Santo: colocar una vela al anochecer.

«Enciende tu cirio y reza, estamos en vela, en silencio, en espera de la resurrección del Señor», expresan nuestros jóvenes. En esta noche santa, la Pastoral Juvenil nos invitan a colocar una vela al anochecer en nuestras ventanas y balcones.

Invitación especial: participa desde casa de la Vigilia Pascual a las 22:00 horas a través de la señal de TV Perú (Canal del Estado) y redes sociales del Arzobispado de Lima.

Domingo de Resurrección: colocar moños blancos en nuestras casas.

¡Aleluya, aleluya! El Señor resucitó. Cristo ha vencido a la muerte. Expresemos nuestra alegría y la esperanza en la resurrección de nuestro país, decorando nuestro hogar con moños blancos en puertas, ventanas y balcones.

Invitación especial: participemos desde el hogar de la misa de resurrección que presidirá nuestro Arzobispo de Lima a las 11:00 horas y que se transmitirá por TV Perú (Canal del Estado).

En este Lunes Santo, compartimos las palabras de reflexión de Monseñor Guillermo Elías, que hace una breve introducción sobre el tema que se abordará en las Parroquias de nuestra Arquidiócesis de Lima: «La tristeza de no vivir o de no poder vivir en familia, implicancias personales y sociales».

«En este Lunes Santo, queremos invitarte a que reflexiones, con nosotros, en familia, todo lo que implica construir y edificar una familia. Únete a tu comunidad a tu parroquial, a tu vicaría, a tu decanato, para que estés en conexión y puedas reflexionar lo que implica construir y edificar una familia para convertir esa casa en un hogar», dijo el Obispo Auxiliar durante su reflexión.

Aislados socialmente, pero unidos espiritualmente, las familias de nuestro país participaron desde sus hogares y en comunidad de la Misa de Domingo de Ramos que presidió nuestro Arzobispo de Lima: «El Señor no nos abandona, Él ha sufrido como nosotros, es la Palabra sencilla y humilde que nos sostiene para disipar las tinieblas de la agresión de la variante brasileña y de la variante peruana de la indiferencia y las ambiciones que nos dividen, en vez de unirnos», reflexionó durante su homilía.

Homilía de Monseñor Carlos Castillo (descargar transcripción en PDF)

En una Celebración Eucarística con un 20% del aforo permitido y concelebrada con los obispos auxiliares, Monseñor Carlos recordó que el Señor tiene para nosotros una Palabra de aliento para nuestro pueblo abatido: «solo así, desde su compañía delicada, sencilla y tierna, en la médula de nuestra crisis, la Iglesia igual que Jesús, nos ayuda a conducirnos con su amor a nuestra resurrección como Perú», añadió.

Jesús, la Palabra de aliento al afligido, comienza esta Vía Crucis sentenciado por la decisión de una religión que renegaba de Dios en los hechos, aunque lo alababa con los labios.

«Los sumos sacerdotes, los escribas y la religión oficial que impera en Jerusalén, quiere eliminarlo, les estorba, les repugna, pero quieren hacerlo a escondidas, intrigando por lo bajo para evitar que el pueblo se amotine.  Mientras ellos intrigan, sin embargo, Jesús, la Palabra de aliento, comparte la mesa en Betania, en la casa del ex leproso Simón, como nosotros, en esta Semana Santa reunidos en casa y con Jesús apenas entronizado», expresó el prelado.

En este compartir gratuito, aparece una mujer que ha juntado todos sus ahorros para regalarle al Señor un perfume de nardo muy caro: «El Señor siente lo que siente la gente. El pulular del amor gratuito en medio de la intriga y la maldición. Ella le ha llevado a Jesús el aroma del amor para afrontar su momento más difícil y lo ha derramado sobre su cabeza. Jesús no la desprecia, la valora y defiende. El traidor es el mismo que mide todo por medio del dinero y se acuerda de los pobres solo por conveniencia, por ello, no comprende que allí el pobre concreto es Jesús. También nosotros ante la posible el momento decisivo y difícil que vivimos hoy y el peor que se nos puede venir, nos vamos preparando con actos gratuitos de amor, para afrontarlo unidos», indicó el Arzobispo.

Jesús se ofrece por amor en una Jerusalén que se había convertido en una «cueva de bandidos».

Jesús preparó, conscientemente, otro gesto gratuito, sencillo, generoso: En medio del recuerdo de la salida liberadora de la opresión egipcia, en la fiesta de pascua judía, Jesús actualiza en una casa su sentido liberador: «se ofrece como cordero por amor, en una fiesta en que lo habían decidido asesinar. Es decir, en una Jerusalén que había convertido la pascua judía en un rito que obligado para a llenar las arcas de los sacerdotes, y en  el que se planeaba la muerte de un inocente, Jesús prefiere donarse sin matar a nadie», explicó el Monseñor Carlos.

Así, nuestra Eucaristía, quedó para siempre como el gesto del regalo vivo de su Cuerpo y de su Sangre para fortalecernos mediante el signo del compartir el Pan y del Vino.

En este compartir del Señor, también surgió la mezquindad ambiciosa de quien se resiste a entrar en el Espíritu de la gratuidad, «el mismo que lo calcula todo para ganar y lucrar, quiere ambicionar más. Jesús sabe que ese lo entregará, pero extrema sus gestos de amor, y lleno de la misma gratuidad, brinda y espera beber el vino nuevo en el reino de su Padre. Vive el peligro de la muerte con dolor, pero esperanzado y generoso, comunica alegría y esperanza a su comunidad».

Jesús, descubriendo, además, el plan de sus enemigos de dispersar a las ovejas hiriendo al Pastor, educa a su comunidad y le enseña que todos somos débiles, que no hay que hacerse ilusiones, que todos nos dispersaremos porque somos humanos, es una enseñanza realista no ilusa. La comunidad no lo entiende todavía y hace sus promesas de firmeza, pero Jesús no quiere promesas inimaginables, sacrificios, holocaustos y demás ceremonias que escondían, en el fondo, una religión que alaba con los labios, pero que está apartada de corazón del Señor. Jesús quiere de su comunidad una fe que ore para que Dios le de la fuerza de ser fiel. Pedro no quiso aceptar su debilidad, se creía fuerte, y junto a los otros, lo negó.

Sin embargo, Jesús es Palabra que alienta a ser realistas y no dejarnos guiar por locas ilusiones, por ello, débil y golpeado por la intriga que lo va a matar, decide orar e invita a sus discípulos a orar: «Jesús no es un masoquista que busca el sufrimiento y la muerte. Jesús es un ser humano responsable que, en el Espíritu, reconoce su flaqueza, su deseo humano de no morir y sufrir, pero que se dispone y abre a asumir la misión de mostrar y transparentar el rostro amoroso de Dios», comentó el Arzobispo.

Esta misión debía esclarecer las ambigüedades que los sacerdotes habían creado de una imagen de Dios que era amor, pero también temor y venganza: «Jesús tenía la misión de retomar la promesa de bendición hecha a Abraham y a David. Los sacerdotes la habían oscurecido mezclándola con los miedos, propiciados por los dioses paganos, por la riqueza, por la ambición de poder y por su separación como una élite oscura que no sabe reconocer el sentimiento de la gente», precisó Carlos Castillo.

Entregando toda su debilidad al Padre, Jesús recibe el Espíritu en la oración, y esa fuerza espiritual lo lleva a tomar la iniciativa responsable y amorosa de afrontar la herida clave de Israel y de la humanidad, el pecado como auto-endiosamiento, arrogancia y autosuficiencia, común a los sacerdotes, al traidor, al poder romano, y a los propios discípulos, cuando confiamos únicamente en nuestro pretendido poder.

Ante la llegada al huerto, todos los representantes de la intriga y el poder sacerdotal, nos consterna que un gesto tan hermoso de amistad y cariño gratuito como es el beso, sea usado para entregar y traicionar a Jesús: «En quien esta poseído de la ambición, en quien planifica una intriga asesina, en quien todo esta fríamente calculado para hacerse del poder, no hay gesto delicado, todo es desfachatez y uso de lo delicado para obtener prebendas y réditos de todo tipo.  Disfraza en bien de mal y el mal de bien, todo lo tiene calculado con la mentira», añadió el Primado del Perú.

Jesús no está para responder en los mismos términos mezquinos, por eso, al Señor solo le queda la Palabra: «Al apresarlo como a un bandido, Jesús les recuerda su artera maniobra porque pudieron haberlo apresado en el templo. Pero Jesús ve que así está realizando la promesa del Padre, cumpliendo las escritura y actuando con fidelidad al Padre».

Apresado, Jesús seguirá derramando su Palabra de aliento sobre todos, Palabra que, inclusive, está en su silencio. Jesús es juez, pero es un juez desde su pobreza, desde lo inerme y desvalido que está en ese momento, desde su inocencia sufriente, ese es el que nos interpela y nos juzga, sobre todo, al sistema religioso corrompido y cómplice de la maldad. El Señor anuncia que toda religión mezclada con el dinero y el poder, será juzgada y desaparecerá.

Injustamente, a Jesús le ponen la pena de los subversivos políticos.

Los píos y religiosos sacerdotes buscan ahora la ayuda de Pilatos. Y aquí vemos cómo esa religión corrompida tiene cantidad de infiltrados que soliviantan al pueblo sencillo para pedir que salven a Barrabás y crucifiquen a Jesús: «Le ponen la pena de los subversivos políticos, lo que era una verdadera mentira. Jesús anunció el Reino del amor, pero los sacerdotes no lo pudieron soportar. El amor liquida a una religión de negocio», subrayó Monseñor Castillo.

¡Bájate de la cruz! Es la última tentación, la del egoísmo y la venganza: «si Jesús hubiera cedido ante ella, todos solo tendríamos la misma historia siempre, repetida, y Jesús hubiera sido presentado como un revolucionario más, pero Jesús es el regenerador de la humanidad. Y así, vejado y abatido, no cae en la tentación y no se baja de la Cruz, no por la fuerza de los clavos, sino por el entrañable amor que nos tiene. Jesús no buscaba la muerte, Jesús acepta la muerte como signo de obediencia al Padre para mostrar que Dios es amor y no venganza».

Monseñor Castillo hizo un llamado a que en esta Semana Santa, podamos redescubrir el misterio del amor de Dios, para dejar que la Palabra que nos da aliento y fuerza cuando estamos abatidos, trajine por nuestro país, por nuestros corazones y por nuestras familias.

Y citando las palabras de la gran poetisa Violeta Parra:

El amor es torbellino
De pureza original
Hasta el feroz animal
Susurra su dulce trino
Detiene a los peregrinos
Libera a los prisioneros
El amor con sus esmeros
Al viejo lo vuelve niño
Y al malo solo el cariño,
Lo vuelve puro y sincero.

– el Arzobispo agregó: «Vivamos la Semana Santa con este amor de Jesús que nos va a regenerar como personas, como familias, como pueblo, como Nación y como mundo».

Este Domingo de Ramos, te invitamos a seguir las siguientes recomendaciones y gestos complementarios desde casa. Reúnete en familia 30 minutos antes de la Celebración Eucarística, confecciona una cruz adornada con ramos, y medita a partir de las siguientes preguntas:

Gesto complementario para realizar después de misa.

Una vez terminada la Celebración Eucaristía y con nuestros ramos bendecidos, coloquemos en familia el ramo por dentro de nuestra casa como inicio de la Semana Mayor (lo colocará el padre o la madre) y entronizará a Jesús reconociéndolo como el Señor y Salvador de nuestra familia.

Recuerda que: la Celebración Eucarística se transmitirá a las 11:00 horas por el Canal del Estado (TV Perú). Las Parroquias de nuestra Arquidiócesis también celebrarán en distintos horarios.

«El amor salta las tapias, el corazón no se encierra, será una Semana Santa, más que nunca verdadera». A puertas de vivir una nueva Semana Santa en aislamiento social, pero unidos espiritualmente en familia, como hace un año, renovamos el deseo de una Semana Santa verdadera.

Compartimos esta bella oración recitada por nuestro Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, y cuya autoría es atribuida al Padre Álvaro Saenz.

¿Quién ha dicho que Cristo este año no sale?

¿Quién ha dicho esas historias, que el Cristo este año no sale,
si está vestido de blanco, de azul o de verde, en los hospitales?
¿Quién dice que el Nazareno no puede hacer penitencia,
si están todos atendiendo a enfermos en las urgencias?

¿Cómo que Jesús Caído no saldrá el Miércoles Santo?
Mírale tú en nuestros médicos que caen rendidos, exhaustos,
como humildes cireneos ayudando a cada paso,
celadores, enfermeras, administradoras, codo a codo, sin descanso

Igual que en la Borriquilla pasó Jesús por la tierra,
nuestros héroes camioneros pasan las noches en vela
para abastecer mercados de barrio, farmacias y tiendas.

El Ejército, la Policía, patrullan calles desiertas,
y no están con sus familias sino cuidando a las nuestras.
Y lejos de las ciudades, Jesucristo está doblado
sobre los surcos de la tierra, se hace a la mar en un barco,
tiende cables, cava pozos y pastorea ganado.

Nadie diga que el Señor no está en las calles presente,
cuando en las Iglesias solitarias los Sacerdotes celebran Misa diariamente.
Nadie diga que el Cautivo no va a salir este año,
mientras haya una voz buena llamando al que está encerrado.
Nadie diga que el Gran Poder no va en su anda,
cuando tantas vidas orantes se ofrecen y aman.

Con cansancio en la mirada, con buen humor, sin fallarnos,
también Cristo está presente en cualquier supermercado,
reponiendo estanterías o a pie de caja cobrando.
Jesús viene en un camión de blanco y verde pintado,
recoge nuestros desechos y se va sin ser notado.

Cuando veo a tanta gente que a los suyos ha enterrado,
siento que también salió la Piedad del barrio bajo,
la Virgen de las Angustias con su Hijo en el regazo.
Y aunque a todos nos asuste el pasar por el Sepulcro,
ahí está la fortaleza de Aquel que ha vencido al mundo.

Tal vez, no haya procesiones con imágenes talladas
pero ya ves, Cristo sale al encuentro de tu vida,
en mil rostros escondidos, sin cirios y sin campanas.
Que, aunque no haya procesiones,
seguirá oliendo el ‘incienso’ que pone su gente buena.

El amor salta las tapias, el corazón no se encierra;
será una Semana Santa más que nunca, verdadera.

Bajo el lema: «Un miembro de la familia se entrega por nosotros para que toda la familia tenga vida», nuestra Arquidiócesis de Lima comparte una guía interactiva para la familia con todas las actividades que puedes realizar desde casa durante esta Semana Santa.

Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, ha preparado una guía con recomendaciones y sugerencias para vivir la Semana Santa desde el hogar. Se trata de un documento compuesto por reflexiones, gestos complementarios y momentos de oración para compartir en familia durante cada día de la Semana Santa.

Guía para vivir en familia la Semana Santa (Descargar PDF)

Esta guía familiar también incluye las principales actividades y celebraciones de Semana Santa, con breves reflexiones para reunir a la familia momentos antes de cada misa.

En ese sentido, recordamos que, además de las misas televisadas que serán presididas por el Arzobispo de Lima, también puedes participar virtualmente de las misas de Semana Santa de las Parroquias de nuestra Arquidiócesis.

Este viernes 26 de marzo, los 12 decanatos de nuestra Arquidiócesis de Lima, participarán de forma virtual del ‘Via Crucis de la Periferia’, que se transmitirá a través de la página de Facebook del Arzobispado de Lima desde las 20:00 horas.

A pocos días de iniciarse la Semana Santa, nuestra Arquidiócesis de Lima participará del primer ‘Via Crucis de la Periferia’, una iniciativa que une en la fe y en la oración a todas las parroquias de nuestra jurisdicción.

La organización del Via Crucis está a cargo del párrocoJuan Armando Goicochea, de la Parroquia Cristo Misionero del Padre, quien viene haciendo las coordinaciones con las comunidades parroquiales que participarán.

Si bien la transmisión se realizará a través del Facebook del Arzobispado de Lima, es importante reconocer todo el esfuerzo creativo y el despliegue técnico que viene liderando un grupo de jóvenes de la Parroquia Cristo Misionero del Padre, liderados por Andrea Centeno.

Para participar del ‘Via Crucis de la Periferia’, solo tienes que conectarte a nuestra página de Facebook desde las 20:00 horas.

Central telefónica
(511)2037700