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Sínodo para la Amazonía: confiar en la acción del Espíritu Santo

El secretario de la REPAM nos invita a no perder el foco y confiar en la acción del Espíritu Santo para escuchar el grito de las personas que habitan la Amazonía y el grito de la tierra, tan amenazada y que “está viviendo situaciones de especial fragilidad, como lo vemos con los incendios recientes y necesita una respuesta decidida de la Iglesia”. Se trata, de “estar allí, como se ha hecho, con ellos, como el propio Cristo”.

Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y auditor del Sínodo para la Amazonía, conversó con el portal de comunicaciones del Vaticano – Vatican News sobre las expectativas y retos que afrontará el próximo Sínodo para la Amazonía.

Las raíces del Sínodo

“Todo converge como las aguas de los ríos, para este sínodo”, son las palabras del secretario López, al hablar sobre las raíces de este proceso sinodal, el cual data de hace varias décadas. La preocupación por el mundo actual ya está presente en los documentos del Concilio Vaticano II, y luego se retoman en las Conferencias de los Obispos de América Latina en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida.

Estructura y proceso

Más allá de su estructura, y la participación de quienes, en su mayoría son obispos establecido así por el Papa Pablo VI, para López, el Sínodo de la Amazonía “tiene una lógica de participación más amplia”.

Por otro lado señala que “este acontecimiento tiene un proceso de escucha”, basado en lo recogido del Instrumentum Laboris, fruto de dos caminos distintos: el de las consultas episcopales de los países que conforman la Amazonía y el de las consultas que la REPAM condujo a través de asambleas, foros, ruedas de conversación, etc. Cabe destacar que este proceso involucró a aproximadamente 87 mil personas pertenecientes al territorio amazónico.

Resultados del Sínodo

“El instrumentum laboris no es un documento final, sino un documento que recoge voces diversas y en ese sentido, vendrá la fase de la asamblea. Se trata de escuchar la voz del Espíritu y la voz de la mayoría ayudará al Papa a tener una interpretación de por dónde va la voz del Espíritu”, indicó López.

Sínodo no es el final del camino

Asimismo, señala que un elemento es claro: “El sínodo no es un fin en sí mismo, no es el final del camino”, y añade: “Es un instrumento, donde el Papa, como cabeza de la Iglesia, consulta sobre un tema de particular importancia, para un territorio, para la Iglesia toda y a partir de esa consulta, él y solo él, determinará cuáles son los elementos que se van a traducir en magisterio para la Iglesia”.

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