Con motivo del inicio de las clases escolares, Monseñor Juan José Salaverry, Obispo Auxiliar de Lima, presidió la Celebración Eucarística de Acción de Gracias en favor de los maestros, administrativos y personal de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC) de nuestro Arzobispado de Lima.
En el corazón de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el distrito de la Victoria, se congregó un grupo representativo de docentes, sacerdotes, religiosos y laicos de las doce instituciones educativas que integran la AIEC Lima, para dar gracias a Dios por el inicio del año escolar y el reencuentro a las actividades educativas tras dos años de ausencia física.
Durante la Celebración Eucarística, Monseñor Salaverry agradeció al Señor por el comienzo de esta nueva etapa escolar: “Iniciamos un año con la esperanza puesta en el Señor, con desafíos distintos a los que se nos presentaron estos dos últimos años. Estamos juntos nuevamente, con algunas implicancias de la educación híbrida que representan un desafío diferente en cada escuela, pero con una misma fe y la función del Munus Docendi de la Iglesia que el Señor ha querido confiar en todos ustedes”, indicó.
Juan José Salaverry agradeció a cada uno de los maestros que integran la AIEC Lima por el compromiso asumido de cara a este 2022: «Damos gracias a Dios por ustedes, por su testimonio y compromiso, porque dejando cada una de las necesidades propias de sus familias y personales, se vuelcan con gran amor a ponerse al servicio de los niños y de los jóvenes de nuestra Arquidiócesis, atendidos en los distintos colegios que forman parte de la AIEC”.
Si cada uno de nuestros docentes y directivos dan ejemplo de honestidad, de respeto mutuo, de virtud, de tolerancia, de buenas y saludables relaciones, entonces, ya estarán cumpliendo la función docente, no solamente en el aula, también con el testimonio de una vida coherente entre lo que hacemos y lo que decimos.
En otro momento, Monseñor Juan José dijo que los maestros tienen una misión importante en la vida de la sociedad. Ellos, al igual que los discípulos, «caminan de dos en dos, acompañados sinodalmente por sus pastores(..) La labor que realizan no la hacen a nombre personal o de sus instituciones, la hacen en nombre de la Iglesia de Lima”, precisó.
Salaverry hizo un llamado a los maestros a «sacudir las sandalias» y entregarse en vocación, servicio y humanidad: «Pueden suscitarse problemas y dificultades a lo largo del año en sus instituciones educativas o en sus familias; sin embargo, es necesario ‘sacudirse’ para mejorar y que se despegue ese espíritu de negación de Dios», refirió.
Queridos hermanos, ustedes son enviados para anunciar la vida, la vida que proviene del Evangelio, la vida como don de Dios que debemos de defender; la vida de estos niños, niñas, jóvenes, que han sido puestas en sus manos con toda la confianza de los padres de familia y de la Iglesia, para que ellos encuentren el fortalecimiento a su proceso de desarrollo”.
Finalmente, el Monseñor Juan José concluyó su homilía con un mensaje dirigido a todas las personas que velan por una educación de calidad y con dignidad en nuestro país: “Queridos hermanos, compañeros de camino, directores de los colegios de la AIEC, hermanos párrocos, profesores y alumnos: Que este sea un año de mucha expectativa, pero también un año de muchas esperanzas e ilusiones, de muchos desafíos, pero la vida es entretenida cuando nos encontramos desafíos en el camino”.
