Con ocasión del 67.º aniversario del Hospital Edgardo Rebagliati Martins, el Cardenal Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, realizó una visita pastoral para acompañar a pacientes, familiares y trabajadores de la salud. La jornada estuvo marcada por la oración, la veneración al Señor de los Milagros —patrono del hospital— y diversos gestos de cercanía con quienes enfrentan la enfermedad desde la fe y la esperanza.

Fotografías: Prensa del Hospital Rebagliati
El padre Ricardo Medrano, capellán del hospital, relató que, durante la visita pastoral del Primado del Perú, se ofició la misa junto a la imagen del Cristo Moreno. Y añadió: “Antes de celebrar la Eucaristía con las principales autoridades, el cuerpo médico y los sacerdotes de la capellanía, el Cardenal Castillo visitó los servicios de pediatría de UCI y compartió un momento muy emotivo con los niños y sus familias”.
El sacerdote señaló que la presencia del Arzobispo fue recibida con gratitud por parte de los pacientes y el personal asistencial. Durante su recorrido, el Cardenal Castillo se detuvo para saludar a los trabajadores del hospital, reconociendo su entrega y el valor de su servicio cotidiano.


Los pacientes de pediatría de UCI también expresaron su agradecimiento por el gesto del Cardenal Castillo. Algunos niños le entregaron dibujos y rezaron juntos. La comunidad del hospital se unió en oración para pedir por todos los que sufren una enfermedad, por sus familias, y por los profesionales de la salud que dan testimonio de Dios a través de su servicio.
Esta no es la primera vez que el arzobispo de Lima visita las instalaciones del Hospital Rebagliati. En el año 2022, durante la pandemia, el Primado del Perú tuvo un gesto similar con los pacientes oncológicos.
De esta manera, el 67.º aniversario del Hospital Rebagliati se vivió como una jornada de encuentro y consuelo, donde la fe se unió al compromiso humano de cuidar la vida. La visita del arzobispo de Lima recordó a todos que la atención al enfermo es también un gesto de amor y solidaridad que dignifica la existencia y fortalece el espíritu comunitario.







