117ª Asamblea Plenaria Virtual del Episcopado Peruano

Cuatro días de trabajo, 54 obispos y 46 jurisdicciones eclesiásticas representadas: con estos números se ha abierto la 117 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal del Perú (Cep).

Debido a la Pandemia del Covid-19 el evento se viene realizando en modo virtual, será presidido por el arzobispo Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo y presidente de la CEP. En el orden del día figura una reflexión sobre la renovación y reestructuración del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), dirigida por el mismo arzobispo Cabrejos. “Los obispos procedentes de las diferentes Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas y Vicariatos trabajarán sobre diversos temas, en espíritu de comunión y sinodalidad”, dice también el comunicado. En la Asamblea también se analizarán los últimos acontecimientos que vive el país, tanto por la emergencia sanitaria como por la situación socio-política.

Cabe recordar que ya en septiembre de 2020, durante la Asamblea del CELAM, Monseñor Cabrejos había exhortado al Consejo Episcopal a que diera prioridad a tejer una red de redes, convirtiéndose en una organización más ligera, flexible y eficaz en sus respuestas, especialmente en las pastorales. Sin embargo, en la base de todo, como instaba el prelado, debe haber un discernimiento teológico-pastoral de los signos de los tiempos, para lograr una conversión integral y promover una Iglesia verdaderamente evangelizadora, misionera, sinodal y saliente, que tenga en cuenta la realidad continental, sin olvidar que todo está relacionado.

En los últimos meses, el Perú ha tenido que hacer frente a dos graves crisis: la primera es de carácter sanitario, debido a la pandemia Covid-19, que hasta el 18 de enero registró en el país más de un millón de infecciones y más de 38.000 muertes. Una emergencia sanitaria contra la que la Cep se ha movilizado desde el principio, poniendo en marcha numerosas iniciativas de solidaridad. Entre ellas, cabe destacar la campaña “Respira Perú – porque el oxígeno es vida”, realizada en julio.

La iniciativa tuvo como objetivo recaudar fondos para garantizar el oxígeno a todos los pacientes con coronavirus, en particular en las regiones donde más falta hace. La respuesta del pueblo fue tan generosa que el comité organizador de la campaña, compuesto por la Conferencia Episcopal Peruana, la Universidad de San Ignacio de Loyola y la Sociedad Nacional de Industrias, anunció que había invertido 448.300 dólares en la compra de tres nuevas plantas de suministro de oxígeno.