A puertas del año 2021, año del Bicentenario en el Perú, reflexionemos juntos como comunidad, las experiencias compartidas durante este 2020 en nuestra Arquidiócesis de Lima.
El año 2020 quedará grabado en nuestra memoria como uno de los más trágicos de nuestra historia. La irrupción de una nueva Pandemia ha provocado la pérdida de millones de vidas humanas, además de una fuerte crisis sanitaria y económica que dejó a muchas familias en desolación. De un momento a otro, tuvimos que acostumbrarnos a vivir en distanciamiento físico, y en medio del dolor y la tragedia, surgió también la esperanza, la solidaridad y la fraternidad.
Este año 2020 hemos sido testigos de los grandes esfuerzos de nuestra Arquidiócesis de Lima para actuar en favor de los más vulnerables, acompañarlos, escucharlos y acogerlos. Sí, nuestro país enfermó y se hizo más pobre, pero nuestro corazón más ancho y generoso.
Enero 2020: Asamblea Sinodal.
En un encuentro histórico que congregó a más de 800 representantes de las parroquias de nuestra Arquidiócesis, el año 2020 inició con una Asamblea Sinodal Arquidiocesana. Bajo el lema: «Iglesia de Lima, a ti te digo ¡Levántate!», nuestras comunidades de jóvenes, religiosos, párrocos y vicarios se encontraron en un diálogo fecundo (leer aquí).
También ocurrió: desde el viernes 24 de enero, la escultura en homenaje al Cardenal Landázuri Ricketts, OFM., quien fuera el 30º Arzobispo de Lima, reposa en el corazón del Rímac, en la Alameda de los Bobos, mirando hacia el Cerro San Cristóbal (leer aquí).
Febrero 2020: Carta Pastoral.
Fruto del proceso de diálogo y de escucha en la Asamblea Sinodal, Monseñor Carlos Castillo publicó la Carta Pastoral para la Iglesia de Lima, un documento dirigido a todas las generaciones, incluyendo creyentes y no creyentes, trazando así el camino pastoral que la Iglesia realizará en los próximos años, e introduciendo una serie de orientaciones abiertas con el fin de “construir una Iglesia que nace en diálogo con el mundo”. (leer aquí).
También ocurrió: el último miércoles de febrero inició el Tiempo de Cuaresma. «Que podamos aprender desde el corazón de nuestras situaciones humanas y sociales, que nuestro país, nuestra sociedad y nosotros mismos, estamos siendo llamados a salir urgente a levantarnos, a levantarnos para arrodillarnos a servir», comentó Monseñor Castillo en aquella ocasión (leer aquí).
Marzo 2020: Inicia la Pandemia.
Tres meses después del primer caso de coronavirus en China, la Organización Mundial de la Salud declaró el inicio de la Pandemia. Por entonces, Perú registraba 22 casos confirmados, mientras que el Gobierno anunciaba las primeras medidas de confinamiento en todo el territorio nacional.
«Con la esperanza en nuestro Señor vamos a superar este momento», fueron las primeras palabras del Arzobispo de Lima, quien inició un ciclo de meditaciones y reflexiones desde la cuarentena (leer aquí).
También ocurrió: a inicios del mes de marzo celebramos con alegría el Primer Aniversario Episcopal de Monseñor Castillo. Pocos días después, la Iglesia reconocía la presencia generosa, solidaria y valerosa de nuestras hermanas laicas en la vida parroquial, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Abril 2020: Una Semana Santa «más que nunca verdadera»
«¿Quién ha dicho esas historias, que el Cristo este año no sale, si está vestido de blanco, de azul o de verde, en los hospitales?». Con este precioso preámbulo, iniciamos una Semana Santa histórica en el Perú y el mundo. Los Párrocos de nuestra Arquidiócesis celebraban misas a puertas cerradas, transmitidas por redes sociales.
El Domingo de Ramos, Monseñor Castillo presidió, junto a sus obispos auxiliares, la primera misa sin fieles desde la Basílica Catedral de Lima: «Dios está en el rincón más débil de nuestro ser y no nos abandona», expresó durante su homilía (leer aquí).
Más adelante, el Arzobispo de Lima precisó que estos días de incertidumbre coincidentes con la Semana Santa son una oportunidad para vivir intensa y verdaderamente en la unidad de la comunidad cristiana pequeña: «Quién iba a pensar que en el año 2020 se daría una situación donde rememoraríamos a Jesús tal como Él hizo la Eucaristía: en pequeños grupos de cenáculo, lejos de la familia, esperando comer el Cuerpo esperanzado y glorioso del Señor, maltratado y destruido por el mal de este mundo» (leer aquí).
Carmen Toledano: primera mujer en predicar en el Sermón de las Siete Palabras.
En el día de la Pasión del Señor, Carmen Toledano, Priora del Monasterio de las Agustinas en Lima, se convirtió en la primera mujer en predicar en el Sermón de las Siete Palabras: «‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’ ¿Acaso no es el grito que hoy resuena en todos los rincones de nuestra tierra? ¿Por qué nos has abandonado, Señor? Ante el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el desconcierto de la Pandemia que todavía no acabamos de asumir, gritamos a nuestro Dios, le preguntamos desconcertados buscando una respuesta, le pedimos cuentas» (leer reflexión).
Campaña solidaria: Lima, levántate ¡Estamos contigo!
A través de la organización de laicos, la Arquidiócesis de Lima inició una etapa de acompañamiento espiritual y ayuda solidaria a las poblaciones más vulnerables. La campaña fue encabezada por Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, y tuvo como principal lema: «Lima, levántate ¡Estamos contigo! Como primeras medidas, se amplió la capacidad solidaria de Cáritas Lima, se habilitó una Central Telefónica de acompañamiento espiritual, y se celebraron las primeras misas en los hospitales de nuestra ciudad (cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad).
Mayo 2020: «Mamá, la Pandemia ha roto tu país».
«Mamá, la Pandemia ha roto tu país, en toda la ruta de Chiclayo a Lima los muertos caen sin consuelo, las familias lloran sin descanso, se contagian sin medida y salen a comprar con peligro de sus vidas», dicta parte del poema creado por Monseñor Castillo en homenaje al mes de la Madre.
Por otro lado, las comunidades parroquiales se organizaron para realizar más gestos solidarios y de servicio a los grupos humanos más afectados por la Pandemia. La Iglesia trabajó en constante diálogo con las instituciones gubernamentales para brindar una mejor asistencia, responsable y preventiva.
También ocurrió: a mediados de mayo, los principales líderes religiosos en todo el país se congregaron en la Plaza Mayor de Lima para orar por todas las víctimas del Covid-19 y por el fin de la Pandemia (leer aquí).
Junio 2020: «Con tu cuerpo, Oh Cristo, toca y resucita a nuestros muertos».
El domingo 14 de junio, Solemnidad del Corpus Christi, quedará grabado en la memoria y en el corazón de los peruanos, creyentes y no creyentes. Por primera vez, en sus más de 400 años de historia, la Basílica Catedral de Lima se convirtió en un mural fotográfico en homenaje a nuestros muertos por el Covid-19. Fueron más de cinco mil imágenes que revistieron la histórica Catedral de la capital peruana, ocupando las bancas, paredes y paneles de la Basílica.
Médicos, bomberos, policías, militares, periodistas, historiadores, padres, madres, ancianos, niños, personas de todas las edades y estratos sociales, ‘reunidos’ para ser despedidos simbólicamente en un acto de dignidad y reconocimiento a sus vidas: «A través de este signo sencillo, queremos recordar el clamor de todo nuestro pueblo por no haber podido enterrar dignamente a sus muertos. Hoy queremos agradecer a Dios por la vida de todos ellos, bendecirlos y entregarlos al Señor en forma digna, humana y cristianamente», dijo el Arzobispo de Lima durante su homilía (leer aquí).
Julio 2020: 199º Aniversario Patrio
Continuando con las medidas de confinamiento, el Arzobispo de Lima presidió la primera Misa y Te Deum de la historia sin asistentes. En su homilía, Monseñor Carlos señaló que el Señor agudiza nuestra sensibilidad e inteligencia para percibir su luz en medio de nuestras tinieblas (leer aquí).
Por otro lado, la Pastoral de Salud de la Arquidiócesis de Lima se organizó para acudir a los hospitales de nuestra ciudad y llevar una palabra de esperanza y aliento. Laicos de diferentes partes nos enseñaron, con sus testimonios de vida, que aún es posible evangelizar desde el servicio, compartiendo el pan con el hambriento.
También ocurrió: al finalizar el mes, Monseñor Carlos Castillo nos regaló una conmovedora interpretación musical del poema ‘Masa’ de César Vallejo, un retrato de la fuerte crisis sanitaria que azotaba al Perú entonces.
Agosto 2020: Rosa de Lima en el corazón de los pobres.
En la Solemnidad de Santa Rosa de Lima, Monseñor Carlos presentó las intenciones de las cuatro mil cartas enviadas a la Oficina de Prensa del Arzobispado. Al término de la Misa Televisada, el Primado del Perú arrojó las cartas al Pozo de los deseos de Santa Rosa: «En una sociedad donde la riqueza fascinó y desarrolló un mundo global enormemente depredador que olvidó la salud de las personas, hoy también Rosa de Lima vibra y brilla de esperanza para una humanidad que necesita ser solidaria como ella lo fue», reflexionó en su homilía (leer aquí).
También ocurrió: en la Arquidiócesis de Lima, las comunidades juveniles parroquiales también se manifestaron en solidaridad con los más necesitados. Gracias a su espíritu creativo y el testimonio de sus vidas, miles de personas recibieron acompañamiento y ayuda humanitaria en tiempos de Pandemia (leer aquí).
Septiembre 2020: Menestras solidarias.
En el mes de septiembre, la Iglesia de Lima hizo una importante convocatoria para ofrecer una mejor y sincera solidaridad a nuestros hermanos, a través de una campaña de donaciones de menestras y alimentos nutritivos que ayudan a fortalecer el sistema inmune.
El resultado de esta iniciativa permitió que Cáritas Lima logre recaudar más de 10 mil kilos de menestras, destinados principalmente a la preparación de ollas comunes en las zonas más afectadas de nuestra ciudad por la crisis sanitaria (leer aquí).
Octubre 2020: Con el Señor de los Milagros, resucitemos como Perú ¡Ahora!
A inicios de octubre, el Papa Francisco envió un fraterno saludo al pueblo peruano por el mes del Señor de los Milagros. De igual manera, Monseñor Carlos compartió su Carta Pastoral por el Mes Morado e hizo un llamado a renovar nuestra fe participando de un ‘gran retiro espiritual’.
Debido a la Pandemia, y por segunda vez en la historia peruana, la procesión del Señor de los Milagros fue suspendida. En cambio, vivimos una ‘cuaresma peruana’ de reflexión, meditaciones nocturnas y acciones solidarias.
Noviembre 2020: Histórica Misa en Plaza Mayor.
La noche del domingo 1 de noviembre, la Plaza Mayor de Lima fue el escenario de una histórica Misa en memoria de nuestros muertos. La Celebración Eucarística contó con la participación de los obispos titulares y auxiliares de las diócesis de Callao, Chosica, Lurín, Carabayllo y Lima.
En este marco de reflexión y solemnidad, se proyectaron las fotos de más de 10 mil peruanos fallecidos por el Covid 19 en el Atrio de la Catedral de Lima: «La Iglesia está constituida, básicamente, por aquellos que están para servir y no para ser servidos. Por eso, nos unimos a todos los que son servidores, a los que se unen al gran sufrimiento de la gente para consolarla, alentarla y decirle que nuestro Dios se propuso cambiar el rostro egoísta de la humanidad por el rostro amoroso de una humanidad hermana», precisó el Arzobispo en su homilía (leer aquí).
También ocurrió: después de once meses, la Arquidiócesis de Lima anunció la apertura gradual y responsable de los templos de nuestra ciudad. Para este fin se estableció una comisión especial de acompañamiento, capacitación y asesoría conformada por laicos. Cada Parroquia constituyó un Equipo de Seguridad para garantizar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad (leer aquí).
Diciembre 2020: «Abramos los ojos, el Señor Jesús viene».
Con el lema «Abramos los ojos, el Señor Jesús viene, salgamos a encontrarlo en el hermano que sufre», Monseñor Castillo compartió la Carta Pastoral por el Tiempo de Adviento, una invitación a vivir una espiritualidad «de ojos abiertos, no cerrados», sabiendo identificar a Jesús en los más vulnerables y descartados de nuestra sociedad (leer aquí).
Por otro lado, Cáritas Lima organizó la campaña solidaria ‘Navidad es Compartir’, que logró implementar más de treinta ollas comunes que benefició a alrededor de 15 mil familias (leer aquí).
También ocurrió: el día de Nochebuena la Basílica Catedral de Lima se transformó en un «gran pesebre» que albergó las intenciones de miles de familias. A través de este gesto, nos unimos espiritualmente a la oración de cada familia y le pedimos al Dios de la vida que nuestro país pueda renacer en este año 2021, año del Bicentenario, y que desde el corazón de nuestras familias, podamos construir un Perú más justo y solidario.