485° Aniversario de Lima: una ciudad fraterna y solidaria con los que más sufren

La ciudad de Lima se congregó en la Basílica Catedral de Lima para participar de la Misa en Acción de Gracias por el 485° Aniversario de Lima. Presidió la Celebración Eucarística el Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo: «Este es un día para alegrarnos, para concentrarnos en que nuestra ciudad sigue estando necesitada de la apertura y la Palabra que nos comunica el Señor, la Palabra que nos podemos decir unos a otros para entender, comprender y apreciar lo que vivimos», comentó.

También se hicieron presentes el Dr. Jorge Muñoz, Alcalde Metropolitano de Lima; Mons. Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en el Perú; y los Obispos Auxiliares de Lima, Mons. Guillermo Elías y Mons. Ricardo Rodríguez.

«485 años han pasado desde que Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque caminaron hacia esta zona de la ciudad desde el Sur e intentaron fundar esta ciudad española bajo dos signos que voy a destacar el día de hoy, porque tienen que ver con las lecturas que hemos leído», comentó Mons. Castillo al inicio de su homilía.

Un Reino que tenga misericordia por los que más sufren

En primer lugar, la Lectura del primer libro de Samuel (8,4-7.10-22a) nos recuerda el gran gesto de Dios por atender el llamado del pueblo de Israel que pedía un rey: «lo habían pedido los ancianos a nombre del pueblo porque estaban hartos de ciertas maneras de organizar la vida que ya habían fracasado notablemente y que requerían un verdadero cambio – explica el Obispo de Lima – el rey debería ser reflejo de la justicia de Dios que tiene misericordia con la gente que sufre».

Este sentido de reinar con justicia es el mismo que Jesús viene a recordarnos durante su paso por este mundo: “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, cuantas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos y nos ha querido (Mateo 23:37)” – éstas palabras de Jesús por la ciudad de Jerusalén son en el fondo las palabras de un Jesús que quiere reunir a la ciudad para que se convenza de que la justicia y el amor de Dios es el único camino – agrega el Primado del Perú – y a pesar que se siente un poco triste porque no lo han escuchado, Jesús no condena a la ciudad, sino que muere por ella».

«La ciudad que era el signo de David, el signo de la presencia del Reino, pudo haber hecho cantidad de sandeces y de maldades, también en nuestra historia en el siglo XVII se habla de que Lima era muy frívola porque había mucho dinero, y había grandes posibilidades económicas para los pocos y enormes desastres para las poblaciones indígenas y negras que tuvieron que soportar la esclavitud para poder levantar la economía minera. En todo caso, incluso con su pecado, Jesús llora y ora por Jerusalén, y nosotros también oramos por Lima para que siga mejorando y sea una sociedad justa y de paz», acotó.

Jesús dignifica al hombre como signo de su amor gratuito

Saludo del Arzobispo de Lima, Mons. Castillo y el Alcalde de Lima, Dr. Jorge Muñoz

El segundo signo podemos encontrarlo en la lectura del Evangelio de Marcos (2,1-12) que narra la curación del paralítico de Cafarnaúm. Aquí podemos ver cómo Jesús proponía la Palabra como un gesto que agudiza el sentido de diálogo y de justicia:

«Al proponerles la Palabra Jesús hacía algo que es muy importante: hablar para desahogarse – resalta Mons. Castillo – Jesús habla con los cuatro amigos del paralítico para dialogar con ellos, y un signo de que es una palabra prometedora, alentadora, es que Jesús, viendo la fe en la actitud de estos creyentes, se dirige al paralítico y le dice: tus pecados están perdonados”.

¿En qué momento se arrepintió? – preguntó – «Es bien interesante porque a nosotros nos dicen que antes de ser perdonados los pecados tenemos que arrepentirnos, pero Jesús lo da gratuitamente como un signo del amor de Dios que quiere dignificar a la persona».

Jesús viene a darnos el don del amor para que todos seamos dignos, porque sabe que somos hijos del Padre y, Él que es el Hijo, viene a alentar en nosotros la capacidad de ser una ciudad unida, fraterna, en donde tengamos posibilidades de vida.

El Arzobispo de Lima reiteró que Jesús no se dirige a un pueblo de pecadores para recriminarlo, sino para alentarlo: «después viene la corrección – añade – primero el aliento, primero la fuerza incontenible del amor, que hace posible que todo pecador se sienta no pecador, sino hijo, y así entonces esté dispuesto a cambiar».

Una Lima de esperanza, amistad y fraternidad

«Nuestra ciudad está muy necesitada de cambiar, y en medio de esta situación en la que vivimos, con feminicidios, tráfico caótico, polución, delincuencia, depredación natural, irresponsabilidad, gente marginada que vive en la calle, inseguridad, violencia social y familiar, descontento, hartazgo, problemas en el costo de vida, falta de trabajo, desesperación, apuro, maltrato y tantas cosas más, el Señor vuelve a acercarse mostrando un rostro amoroso que nos alienta y nos hace pensar ¿Por qué yo no puedo ser también un don para mi hermano?”, indicó Mons. Carlos.

Hoy que estamos reunidos para orar por nuestra ciudad, estamos necesitados de ir al centro de las cosas para crear una sociedad y una ciudad llena de esperanza, de amistad, donde nos curemos mutuamente las heridas y podamos entrar en el camino de la solidaridad, del perdón, de la fraternidad.

«Este es un día para concentrarnos en que nuestra ciudad sigue estando necesitada de la apertura y la Palabra que nos comunica el Señor, la Palabra que nos podemos decir unos a otros para entender, comprender y apreciar lo que vivimos», puntualizó.

¡Lima Levántate!; toma tu camilla y échate a andar

Antes de concluir, Monseñor Castillo recordó las palabras del Papa Francisco durante su visita a Lima:

“Jesús invitó a sus discípulos a vivir hoy lo que tiene sabor a eternidad: el amor a Dios y al prójimo; y lo hace de la única manera que lo puede hacer, a la manera divina: suscitando la ternura y el amor de misericordia, suscitando la compasión y abriendo sus ojos para que aprendan a mirar la realidad a la manera divina. Los invita a generar nuevos lazos, nuevas alianzas portadoras de eternidad.

Jesús camina la ciudad con sus discípulos y comienza a ver, a escuchar, a prestar atención a aquellos que habían sucumbido bajo el manto de la indiferencia, lapidados por el grave pecado de la corrupción. Comienza a develar muchas situaciones que asfixiaban la esperanza de su pueblo suscitando una nueva esperanza. Llama a sus discípulos y los invita a ir con Él, los invita a caminar la ciudad, pero les cambia el ritmo, les enseña a mirar lo que hasta ahora pasaban por alto, les señala nuevas urgencias. Conviértanse, les dice, el Reino de los Cielos es encontrar en Jesús a Dios que se mezcla vitalmente con su pueblo, se implica e implica a otros a no tener miedo de hacer de esta historia, una historia de salvación.

Jesús sigue caminando por nuestras calles, sigue al igual que ayer golpeando puertas, golpeando corazones para volver a encender la esperanza y los anhelos: que la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz”. (21 de enero de 2018)

Con estas palabras, el pastor de Lima hizo un llamado a «seguir caminando por nuestra ciudad» para compartir la alegría del Evangelio y actuar ante la «globalización de la indiferencia». Y recordando el lema «Iglesia de Lima, a ti te digo ¡Levántate» que se eligió para la Asamblea Sinodal Arquidiocesana, Mons. Castillo expresó: «nuestro pueblo quiere una Iglesia de Lima que aliente, que esté cercana, que acompañe al pueblo y lo ayude a caminar. Del mismo modo, ahora también queremos decirle directamente a la ciudad: «Lima, también tú ¡Levántate!, toma tu camilla y échate a andar».

«Feliz día de Lima, feliz día de nuestra ciudad, y que las bendiciones puedan propagarse por todos los rincones de sus calles y de sus plazas», concluyó.

La Misa en Acción de Gracias por el 485° Aniversario de Lima contó con la presencia de distintos Embajadores y miembros del Cuerpo Diplomático acreditados en el Perú, Alcaldes distritales, Regidores Metropolitanos de Lima, Regidores Distritales, autoridades de instituciones gubernamentales, miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú.