La Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) distinguió con el título de Doctor Honoris Causa, al historiador italiano Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio y una de las voces intelectuales más lúcidas del catolicismo del siglo XXI.
La ceremonia de reconocimiento contó con la presencia de Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima y Primado del Perú; Dr. Carlos Garatea Grau, rector de la PUCP; autoridades de la universidad y representantes de Sant’Egidio en el Perú.
En una breve intervención, Monseñor Carlos Castillo afirmó que, a través de esta distinción, «queremos expresar nuestra cercanía a todo el camino hecho por la Comunidad de Sant’Egidio, a través de su fundador».
El Primado del Perú destacó el testimonio de servicio y de solidaridad que, desde 1968, cientos de personas anónimas y voluntarios vienen desarrollando en la Comunidad de Sant’Egidio para «resucitar al mundo con la paz, colocando a los pobres como opción preferencial» y «anunciar el Evangelio como luz de esperanza para la humanidad».
Querido Andrea, es una alegría y un gran honor, para todos nosotros, que tú puedas recibir esta distinción e incorporarte como profesor de esta comunidad universitaria.
MONSEÑOR CARLOS CASTILLO, ARZOBISPO DE LIMA
Por su parte, Andrea Riccardi dedicó este doctorado «a mis amigos de la comunidad de Sant Egidio de Lima, presentes desde hace muchos años al servicio de los pobres, del diálogo, y de la paz».
Riccardi reflexionó sobre las nuevas realidades que afrontan las grandes ciudades del mundo, marcadas por la presencia de las periferias: «La ciudad global es madre de periferias, sobre todo en los países emergentes donde reinan las construcciones informales: slums, favelas, villas, entre otros. Todas crecen a gran velocidad y de manera descontrolada. También a la Iglesia católica, sobre todo en las ciudades que tienen una tradición católica, le cuesta abrir nuevos centros comunitarios y culturales cercanos, y se debe contentar con grandes parroquias que están lejos del corazón de la sociedad», manifestó.
La Iglesia camina en la historia urbana y global, no fuera de ella
Andrea Riccardi aseguró que las periferias «están abarrotadas de gente y de ruido», principalmente, por la presencia invasiva del otro y del vecino. Aun así, el habitante de las periferias ―y también el habitante de la ciudad en general― «experimenta la misma situación que el ciudadano: la soledad».
Y a todo ello se le suma el tema de la migración. «Las migraciones son características del mundo global. Países de emigrantes se convierten en países de inmigrantes. Cabe añadir que la ciudad, hija de la globalización ya no es homogénea, ni étnica ni religiosamente», aseveró el fundador de Sant’Egidio.
Esta división de las realidades en medio de la ciudad global, a juicio de Andrea Riccardi, es lo que también viene ocurriendo en la Iglesia: «En las últimas décadas, la Iglesia se ha concebido a sí misma como minoría en la sociedad, replegada en sus comunidades y sus centros, más que abierta a la dimensión de la ciudad de la que es Iglesia(…) Pero la Iglesia camina en la historia, en esta historia urbana y global, cuyas dimensiones nuevas debe descifrar».
Dios no ha abandonado la ciudad. En este mundo global, ya no existen espacios homogéneos, regiones y tierras católicas. Estamos en mar abierto, en medio de gente diferente, fluctuando entre las diferencias. Hay que comprender y navegar en el mar de una humanidad compleja.
Andrea Riccardi hizo un llamado a construir una Iglesia «capaz acoger encuentros, comunidades reales, comunicación verdadera, solidaridad con los pobres y arraigo en las periferias; una Iglesia que ayude a la ciudad a ser más fraterna y más comunidad, en lugar de ser periferia de lo humano».
Tenemos hambre de soluciones globales, y la búsqueda de estas soluciones hace que caminemos juntos con esperanza, que nos encontremos con todos, que dialoguemos.
Sobre Andrea Riccardi
Como historiador de la Iglesia contemporánea, Andrea Riccardi ha estudiado a figuras como monseñor Oscar Romero y al papa Juan Pablo II, y ha escrito un libro bien documentado de la relación entre el papa Pío XII y el nazismo.
También ha publicado varios ensayos sobre los desafíos que la globalización y sus cambios culturales le plantean al Cristianismo, destacando su reciente libro La Iglesia arde (2022).
Es fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, un movimiento católico internacional dedicado a vivir una opción preferencial por los más pobres, al diálogo entre la fe cristiana y la cultura contemporánea, al ecumenismo y el diálogo interreligioso y han colaborado en procesos de paz en El Salvador, en varias naciones de África y hoy en Ucrania.