«Para resolver las cosas debemos aprender a tratarlas y a ponernos de acuerdo, considerando aquellas circunstancias que puedan ser perjudiciales para la vida de las personas, por eso, hay que hacer un orden de prioridades, porque la fe cristiana tiene un sentido de prioridades», fueron las palabras de Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, durante su intervención sabatina en el programa Diálogo de Fe.
Durante la entrevista, el Arzobispo elogió los múltiples consensos y diálogos que viene estableciendo la iniciativa ‘Resucita Perú Ahora’, que ha logrado convocar una mesa muy diversa con universidades, periodistas, laicos expertos en diferentes temas, emprendedores y la Iglesia: «es todo un sistema de unidad, de comprensión, de diálogo, es un amplio radio de personas que están definiendo el lanzamiento efectivo con sus comunidades o grupos de expansión”, señaló.
Una fe comunitaria, responsable e inteligente.
Uno de los efectos más dolorosos de la Pandemia es la imposibilidad de acudir a las misas de forma presencial, ante ello, Monseñor Castillo recordó que nuestra fe católica no es individualista, sino comunitaria, y si bien no podemos encontrarnos físicamente para participar de la Eucaristía, es precisamente el sentido de comunidad y de Iglesia lo que nos inspira a leer los nuevos signos de los tiempos, para cuidar y valorar el don de toda vida:
«Para resolver las cosas debemos aprender a tratarlas y a ponernos de acuerdo, pueden haber circunstancias que cambian, que pueden ser perjudiciales para la vida de las personas, y mientras eso sea vigente, hay que hacer un orden de prioridades, porque la fe cristiana tiene un sentido de prioridades», indicó el prelado.
Es cierto que la fe nos alimenta a través de los Sacramentos para poder fortalecerla, pero si eso es a riesgo de que podamos perder la vida o intensificar una Pandemia, es necesario tomar precauciones.
El Arzobispo adelantó que se viene preparando, junto a los Obispos de Lima y Callao, un protocolo progresivo que se aplicará cuando se levante el proceso de cautela en nuestras ciudades: «el Papa siempre dice que los principios de la fe tienen un orden de prioridades y de sentido común, primero el amor y la vida, después vienen las demás cosas. No podemos limitarnos a las costumbres, hay que ir más allá».
Comprender los signos de la realidad para avanzar con criterio.
Monseñor Castillo resaltó la importancia de mantener la esperanza y el criterio con el cual actuamos: “en una situación difícil hay que mantener la esperanza, hay que mantener el criterio con el cual actuamos. Una actitud de soberbia o una actitud derrotista, conduce a acentuar la crisis. Un optimismo obsesivo y un pesimismo total, los dos nos llevan a la perdición. Lo importante es ser realista, comprender y detectar los signos por los cuales podemos avanzar con criterio y posibilidad”, agregó el Primado.
El Arzobispo reiteró la necesidad de aprender a detectar las posibilidades dentro de la adversidad: «en eso consiste la grandeza humana y cristiana, una actitud consciente, responsable, una actitud que necesita toda la feligresía, el país, nuestros gobernantes y dirigentes».
Antes de despedirse, Monseñor Castillo oró por nuestro país invocando a la solidaridad y a la unidad para salir de la crisis sanitaria: «Padre bueno, gracias a tu Espíritu te pedimos nos conviertas y nos ayudes mutuamente a corregirnos, unos respecto a los otros, y ayudarnos a encontrar el camino que nos lleve a la esperanza y a la salvación. Bendice a tu pueblo, ayúdanos a todos a caminar siempre en unidad, y así recibir de Ti el amor siempre precioso que nos das».