#AvisosParroquiales (Ep.34) Perú da la mano

Nos unimos a la  cruzada solidaria “Perú da la mano: Las ollas comunes nos necesitan”, organizada por el Arzobispado de Lima, Caritas Lima y RPP. Y tu donación, por más pequeña que sea, apoyará a 200 ollas comunes de nuestra ciudad.

Estos son los Avisos Parroquiales de la semana:

La Vicaría de la Pastoral Social y Dignidad Humana – Cáritas Lima y  el Grupo RPP emprendieron la campaña “Perú da la mano”, con el fin de apoyar a 200 ollas comunes de nuestra ciudad.

CÓMO COLABORAR: Hasta el 23 de mayo puedes colaborar  con tus donativos a través del YAPE: 932411126. Con solo 2.50 soles ya estarás donando un almuerzo. La meta es compartir almuerzos con más de 20 mil personas vulnerables.

Por otro lado, también, puedes enviar tus donaciones de víveres a Cáritas Lima, llamando a (01) 203 7700 – Opción 1 o visitando la página de Facebook de Cáritas Lima.

Todos podemos apoyar desde nuestra casa a esta importante iniciativa que salvará la vida de miles de familias.

Continúan las acciones solidarias en parroquias de Lima

Y en otras noticias, nos alegra seguir compartiendo las acciones solidarias de las parroquias de nuestra Arquidiócesis de Lima. Este es el caso de la Parroquia José María Escrivá de Balaguer, que a través de su voluntariado juvenil “Guardianes de la Esperanza”, apoyan a muchas familias necesitadas.

Gracias a este gesto solidario, todo lo recaudado ha sido compartido a comedores populares de los distritos de Manchay, Cercado de Lima y el Rímac.

De igual manera, la Parroquia La Virgen Milagrosa, ha puesto en marcha el proyecto “Misión Compartir”, una iniciativa que viene ejecutando desde hace meses para entregar víveres a las familias más necesitadas del Centro de Lima.

La comunidad parroquial colabora también mediante la entrega de víveres a las ancianas del Asilo Santa Luisa de Marillac en Surquillo,  la Parroquia Santa Catalina Labouré de Villa María del Triunfo y el Hogar de Niños San Vicente de Paul en Chilca.

Agradecemos todos los gestos humanitarios que nos recuerda que Cristo está presente en el rostro solidario de nuestros voluntarios.