Con ocasión de celebrar próximamente la Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, un grupo representativo del Clero de Lima participó en la caminata sacerdotal «Tras los pasos de Toribio», promovida por nuestra Vicaría del Clero. Esta acción significativa contó con la participación de nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.
Desde muy temprano, más de 50 sacerdotes del Clero de Lima, se congregaron en la Iglesia Monasterio Santa Clara (donde se encuentra la venerada reliquia del corazón de Santo Toribio) para dar inicio a una jornada de oración y peregrinación con miras a celebrarse la solemnidad de uno de los patrones de nuestra Arquidiócesis, Toribio de Mogrovejo.
Al inicio del encuentro, Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima, explicó que este tipo de iniciativas «buscan promover, suscitar y provocar un crecimiento en la vida sacerdotal de forma integral».
«Hoy, estamos llamados a abrirnos a la figura de Toribio de Mogrovejo, para descubrir qué otros elementos hay en su corazón y, desde ahí, ir a los pensamientos, a lo que él realmente soñaba y deseaba como Pastor de nuestra Arquidiócesis», señaló Monseñor Elías.
Es momento que nos abramos a la acción del Espíritu para suscitar, en nosotros, posibilidades nuevas de experienciar la riqueza de nuestro ministerio sacerdotal.
MONSEÑOR GUILLERMO ELÍAS.
Posteriormente, el Padre Fernando Jansen realizó una breve ponencia sobre algunos aspectos en la historia de Santo Toribio, su presencia y paso en el Monasterio de Santa Clara.
Al promediar las 10:30 de la mañana, nuestro clero participón de una caminata hacia la Basílica Catedral de Lima, donde se encontraba expuesto la sagrada imagen de Toribio de Mogrovejo (junto al cráneo y la osamenta).
Un santo misionero y caminante.
Al llegar a la Catedral, Monseñor Carlos Castillo reflexionó sobre la vida misionera de Santo Toribio, a quien denominó «un santo caminante, misionero y pastor» que, como buen intelectual y jurista, «siempre fue un hombre justo» que «transparentó al Señor con el testimonio de su vida».
El arzobispo de Lima saludó esta peregrinación que nos permite «acercarnos a la misión que tuvo Santo Toribio», cuya vida estuvo marcada por un gran peregrinaje, recorriendo todas las provincias y acompañando a los más débiles.
Que el testimonio de Toribio nos siga acompañando y fortaleciendo en nuestras decisiones, para vivir realmente nuestra identidad misionera y pastoral.
Monseñor Carlos invitó a compartir un momento de ideas y anécdotas en torno a la figura de nuestro santo patrón. Entre las intervenciones, destacan las palabras del Padre Sando Carbone, quien resaltó la habilidad de aprender quechua para salir a evangelizar en el idioma nativo: «incluso, exigió a los candidatos al sacerdocio a que supieran hablar quechua, si no, no los ordenaba. Siempre tuvo un interés grande en poder llegar a todos los fieles en su lengua nativa», comentó.
Por su parte, el Padre Arturo Alcos, recordó que, como arzobispo, Toribio de Mogrovejo «logró visitar tres veces toda su Arquidiócesis, a pesar de que, en esos tiempos, no había los medios de transporte. Esta es una lección y una inspiración que nos recuerda que debemos visitar nuestra jurisdicción, aún cuando nuestra conunidad parroquial sea pequeña», meditó.
En otro momento, el Padre Fidel Zavaleta, hizo hincapié en la acción de Santo Toribio sobre las personas más necesitadas: «Se preocupó por devolver la dignidad de ser humano a todas las personas, especialmente, al que no contaba. Toribio se encargó de mirar lo más profundo del sufrimiento humano y recordar que todos somos hijos de Dios».
Finalmente, el arzobispo de Lima, actual sucesor de Santo Toribio de Mogrovejo, se acercó a las reliquias del santo patrón junto a los sacerdores presentes: «Padre Bueno, Tú no nos dejas nunca abandonados, siempre nos envías, así como decidiste enviar a tu Hijo Jesús, para qué se encarnase y viviera con nosotros en lo más hondo de nuestras historias, también nos enviaste a alguien que transparentó a tu hijo, Toribio de Mogrovejo. Te pedimos que ese mismo Espíritu que le diste, que ya está presente en nosotros, nos dinamice a actuar siempre con responsabilidad ante cada persona, ante cada situación histórica difícil, ante cada problema que se presente», manifestó el prelado en su oración.