La comunidad de Manchay ha celebrado la Fiesta del Corpus Christi con una Eucaristía presidida por Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima. La celebración contó con la participación del Padre Rafael Reategui (párroco), el Padre Rufino Ángel Palacios Espíritu (vicario parroquial), el Padre Thomas Mathew Karayil, el Padre Paul Naiju y el Padre Ronald Aguirre Rosales.
Citando el Evangelio de San Mateo (9,36–10,8), Monseñor Elías recordó que la fundamentación y razón más importante de Jesús «fue anunciar una Buena Noticia a un pueblo agobiado, desalentado y sufriente por falta de un horizonte de salvación”.
Nuestro obispo auxiliar señaló que, siguiendo el ejemplo de Jesús, todos estamos llamados a anunciar el Evangelio y afirmar que nuestro Dios está en el corazón de nuestros problemas. Por ello, la misión y compasión «son los rasgos más importantes de la vida de Jesús, porque anunció la Buena Noticia acercándose a la persona que sufre, al pueblo».
La misericordia es el fundamento de la práctica evangelizadora de Jesús, anunciar que cura, que siente compasión, que no es un Dios que esta de espaldas a su pueblo, sino que se compadece de él. Y compadecerse es ponernos en el zapato del otro, intentar sentir lo que el otro siente, significa compartir y solidarizarse.
Dirigiéndose a toda la comunidad de Manchay, Monseñor Elías afirmó que todos somos co-responsables de anunciar la Buena Nueva en el lugar donde nos encontremos, siendo esta una tarea urgente a la que Jesús nos convoca junto a sus discípulos: “Nuestra fe tiene que ayudarnos a convertirnos en instrumentos de esa vida donde estemos: en nuestra casa, centro de trabajo, en la comunidad cristiana, donde estemos”, acotó.
Manchay sabe lo que es Dios, porque ama a Dios. Por eso, nuestra fe católica tiene que ayudarnos a convertirnos en instrumentos de esa vida, allí donde estemos, en nuestra casa, en nuestro centro de trabajo o en la comunidad cristiana.
En otro momento, Guillermo Elías aclaró que celebrar la Eucaristía no solo es escuchar Misa, «celebrar la Eucaristía es encontrarnos con un Dios que nos reta, que nos impulsa, que nos convoca y nos dinamiza».
Antes de dar la bendición final, nuestro obispo auxiliar envió un saludo especial a todos los papás peruanos que celebran su día: «Cualquier hombre puede tener un hijo, pero solo un hombre ejemplar merece que lo llamen papá. Si un papá te dice: “vales la pena”, tú crees en el poder de esa palabra; pero si un papá te dice: “no sirves para nada”, por más terapias que hagas, la palabra de ese hombre te habrá marcado para siempre», reflexionó.