En el marco del Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, queremos reconocer el esfuerzo y el sacrificio diario del equipo responsable del almacén de donativos de Cáritas Lima, un grupo solidario de personas que coordinan la distribución y entrega de víveres a las comunidades más golpeadas por la crisis sanitaria.
«Detrás de estas donaciones está el Señor».
Para Alberto Tirado, jefe de almacén de Caritas Lima, la ayuda humanitaria que se se canaliza a través de parroquias y congregaciones de la ciudad, es una experiencia reconfortante: «el llegar y sentir el calor de la gente que nos recibe cada vez que llevamos una donación, es una experiencia muy valiosa e indescriptible, no solo te llena como persona sino te llena el espíritu como cristiano», comentó.
La gente que recibe esta ayuda se identifica con su parroquia, con su congregación, con su párroco, con su líder, ellos saben que detrás de estas donaciones está el Señor.
«Ayudar al prójimo para que pueda tener una vida digna».
Por su parte, Rubén Cayetano, miembro del equipo de almacén y donaciones, nos cuenta que su experiencia en Cáritas Lima ha sido muy grata, y que siempre ha trabajado «llevando ayuda a los que más necesitan, llevando siempre las donaciones a los sitios donde está la pobreza extrema, allá en los cerros y asentamientos humanos, donde la gente está muy necesitada».
Del mensaje que Jesús nos dejó: ‘Ama al prójimo como a ti mismo’ debemos inspirarnos para ayudar a nuestro prójimo, dándole lo necesario para que pueda tener una vida digna.
“Evangelizar desde el amor hacia el prójimo”.
Cinthya Tello, Directora General de la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana, Cáritas Lima, afirma que la vulnerabilidad está presente en todos nuestros bogares: «cuando llevamos canastas de alimentos y equipos de protección personal, también estamos llevando un poquito de alegría», recuerda.
A través de la ayuda humanitaria también evangelizamos, así como lo hizo Nuestro Señor Jesucristo. La ayuda humanitaria es evangelizar desde el amor, el cariño, la protección que tenemos hacia el prójimo.
“Amar la vida sin pedir nada a cambio”.
Finalmente está Abigail Solano, la más joven del equipo de Cáritas Lima con 22 años, pero con un espíritu solidario muy grande: «ha sido una nueva experiencia, una nueva oportunidad para poder valorar la vida. Es una linda experiencia poder estar al lado de ellos, escucharlos y acompañarlos en su dolor», indicó.
Siendo joven he aprendido a valorar, a amar sin pedir nada cambio. Que Dios nos guíe y nos dé fuerza suficiente para cada dolor y cada circunstancia, nunca perdamos la fe, oremos y seamos agradecidos.