En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, recordamos las palabras de nuestro Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo sobre el servicio gratuito y desinteresado por los que más sufren: «La humanidad está a la espera del Señor preparando su venida a través de las acciones de servicio y de ayuda a diversas personas, especialmente en los sectores en los que la humanidad sufre más y tiene graves tragedias que enfrentar, graves heridas que curar»
El último domingo, 1ro de Adviento, la Basílica Catedral de Lima acogió a diferentes instituciones dedicadas al voluntariado, entre ellas, el Centro Nacional de Voluntariado (CENAVOL), el Voluntariado del Hospital Loayza, el Voluntariado del Hospital Central de la PNP, el Voluntariado del Hospital del Niño, y el Voluntariado de la Fundación Peruana de Cáncer.
Responder a los desafíos del mundo con los «ojos abiertos»
«Hoy día también la Catedral de Lima acoge a los grupos de voluntarios que no forjan espadas, sino que hacen arados, que no tienen en sus manos lanzas, sino que tienen podaderas. Tienen sus manos para curar y para cuidar, para alentar, para que no haya guerras sino paz», fueron las palabras de Mons. Castillo durante su homilía.
«Uno se hace voluntario porque ha encontrado que vale la pena dar la vida por algo interesante – dijo en otro momento – por eso, hay que estar con los ojos abiertos para ver dónde están los problemas. Esto es sumamente importante porque una moda de nuestra época moderna es considerar que la religión es algo solamente interior, en donde las personas vienen a rezar, se ponen de rodillas, oran al Señor con mucha hondura, con mucha fuerza espiritual, pero a veces con los ojos cerrados», subrayó el pastor de Lima.
Tenemos que plasmar en la vida con los «ojos abiertos» una respuesta a los desafíos que recibimos y, sobre todo, a los desafíos que vienen de los que más sufren.
«Estemos siempre alerta para ver por dónde podemos enfrentar las situaciones – reiteró el Arzobispo de Lima – eso es un problema que no solamente es individual, sino también comunitario, colectivo. Toda nuestra Iglesia y todos los cristianos de nuestra ciudad tenemos que estar bien atentos para ver cómo respondemos a situaciones muy complejas que tenemos» – acotó.