Este miércoles 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de las Lenguas de Señas, razón fundamental para recordar, como Iglesia, la presencia de más medio millón de personas con discapacidad auditiva en nuestro país, que en palabras del Santo Padre, necesitan de nuestro acompañamiento «para que participen activamente en la comunidad civil y eclesial. Es un camino exigente y también fatigoso, que contribuirá cada vez más a la formación de conciencias capaces de reconocer a cada individuo como una persona única e irrepetible”
En esta oportunidad, la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima, comparte los testimonios de nuestros hermanos intérpretes en lengua de señas, quienes conocen de cerca la realidad que viven cientos de miles de compatriotas «invisibilizados» por nuestra sociedad.
“Discapacidad no es incapacidad”.
Christian Neves es un voluntario como intérprete de Lengua de Señas en la Catedral de Lima, y nos cuenta una anécdota que vivió durante un domingo en su trabajo como interprete:
Christian Neves solía participar como intérprete en Lengua de Señas en las misas presenciales de la Catedral de Lima: “Recuerdo que un día estaba interpretando una misa dominical, frente a personas sordas, y de repente, se fue la luz, y por ende, se apagaron los micrófonos. Como yo estaba parado cerca del altar, podía escuchar perfectamente, así que seguí interpretando. Esta anécdota me dejó pensando en las personas que estaban sentadas en las últimas filas y no podían escuchar, fue como si los papeles se hubieran invertido por unos minutos”, explicó.
Para Christian, esta experiencia lo interpeló profundamente, al punto de reflexionar sobre el mundo en que vivimos: «muchas veces son las personas sordas las que ‘están sentadas en la última fila, son las que no tienen acceso a la información, son los que se enfrentan las brechas sociales, las barreras de comunicación”, reflexionó.
Por eso, el joven intérprete considera necesario fomentar el aprendizaje de lengua de señas, una oportunidad para «entender mejor el mensaje de Dios, porque una discapacidad no es incapacidad, una discapacidad no tiene por qué separarnos, sino al contrario, nos puede unir, nos debería unir”, agregó.
Remando con Personas Especiales.
Hilda Malache Vargas, es profesora e intérprete de personas sordas. Ella es conocida en nuestra comunidad como la intérprete en las misas del Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, que transmite el canal del Estado.
Hilda, integrante de la comunidad REMPES (Remando con Personas Especiales), nos cuenta que viene de una familia numerosa en la que tres generaciones ha padecido de discapacidad auditiva: “dentro de mi familia no tuvimos dificultad para la comunicación porque utilizábamos los dos idiomas, la lengua oral y la lengua de señas”, recuerda.
Hilda nos explicó que “la lengua de señas no era bien vista, era limitada», por eso, su familia pasó por muchas frustraciones y«maltratos de la sociedad oyente, pues eran catalogados como mudos, cuando su discapacidad era la parte auditiva”.
Lejos de cualquier resentimiento, Hilda optó por el cambio, y desde entonces se dedica a cultivar el lenguaje de señas como un conocimiento imprescindible para convertirnos en una Iglesia cercana, amiga y en salida. Inspirados en su testimonio de vida, recientemente el Arzobispado de Lima compartió una reflexión sobre la discapacidad auditiva en el Perú:
Una Iglesia que haga «visible» a las personas con discapacidad auditiva.
Finalmente tenemos el caso de Ana Luz Reaño, miembro de la comunidad REMPES. Para ella es indispensable que, como cristianos, aprendamos a comunicarnos y a entendernos: «todos debemos tener acceso a la información, y por ello, la Iglesia cumple un papel importante, porque crea visibilidad y permite la inclusión de las personas sordas», resaltó.
Ana Luz está convencida que todos podemos colaborar en esta causa, comenzando por el respeto a las personas con discapacidad auditiva: «no tenemos que ser intérpretes en lengua de señas para aprender a respetarnos, comprendernos y ayudarnos».
Junto a Ana Luz, como Iglesia de Lima queremos escuchar la voz que resuena en el corazón de nuestros hermanos con discapacidad auditiva, porque la vida de todos es un don gratuito y amoroso de Dios que debemos apreciar, agradecer y valorar. ¡Día Internacional de las Lenguas de Señas!