El esfuerzo de la Iglesia por prevenir y erradicar la violencia contra la mujer

Escribe: Jessica Laurente

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Según la ONU, la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños se ha vuelto una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas en el mundo. Se sabe que, a nivel mundial, 736 millones de mujeres, 1 de cada 3, han sido víctimas de violencia física y/o sexual, entre otros tipos, al menos una vez en su vida.

Asimismo, en nuestro país, la violencia contra la mujer no cesa y cada vez va en aumento. Según el INEI (2023) en el año 2022 se registraron a nivel nacional 147 feminicidios, cifra mayor a la del 2021, generandose, al menos, 3 muertes violentas de mujeres por razón de género y del total de estas, el 44,2% de las víctimas han sido menores de 30 años de edad.

En tal sentido, el Papa Francisco, en representación de la Iglesia Universal, viene haciendo un llamado constante a la humanidad para valorar y respetar la vida de las mujeres en el mundo: «¿Qué pasa con las muchas mujeres a las que se les ha arrebatado injustamente la vida? Pidámosle a nuestro Dios el don de la conversión, el don de las lágrimas, pidámosle tener el corazón abierto, como los ninivitas, a su llamado en el rostro sufriente de tantos hombres y mujeres. ¡No más muerte ni explotación!».

Iniciativas de Cáritas Lima para prevenir la violencia

En nuestra Arquidiócesis, Cáritas Lima, inspirada en el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, reconoce la problemática social que aqueja a muchas mujeres de nuestro país y del mundo. Para ello, desde este año, ha desarrollado una línea de intervención denominada “Entorno libre de violencia y atención al migrante”.

La iniciativa busca promover espacios en los cuales se brinden herramientas para la identificación de situaciones de violencia, con el objetivo de establecer una red de prevención y protección para mujeres, niños, niñas, adultos mayores y víctimas de violencia que se encuentran en situación vulnerable en pobreza y extrema pobreza. Es así como el ámbito de intervención está conformada por las 127 parroquias de los 21 distritos que integran la Arquidiócesis de Lima.

En lo que va del año, Cáritas ya ha realizado dos intervenciones de la mano de profesionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La primera intervención estuvo dirigida a estudiantes de los colegios parroquiales Virgen del Rosario, en Manchay, y Nuestra Señora de Montserrat, en Cercado de Lima. La segunda intervención fue un taller de primeros auxilios psicológicos, dirigido a los agentes pastorales de 5 parroquias, con el fin brindarles estrategias y herramientas para el fortalecimiento de la atención y contención a la población vulnerable expuesta a situaciones de crisis y/o emergencia.

De este modo, Cáritas Lima anunció que el proyecto está en su primera fase de implementación y tiene el deseo de que se pueda extender hacia más personas para el siguiente año, como las madres de las ollas comunes, entre otros grupos humanos, para sumar esfuerzos en favor de la prevención contra la violencia.

Testimonio de la Red Kawsay Perú

La hermana Rosario Casas Martínez es Carmelita Misionera y miembro de la red Kawsay, cuya misión es la prevención de la trata de personas. Desde su amplia experiencia, la religiosa nos explicó que una forma de violencia de género ocurre en la trata de mujeres y niños. Es por eso que la Red Kawsay Perú desarrolla campañas de sensibilización y concientización a través de charlas y talleres en colegios, universidades y otros grupos interesados.

“En la Red Kawsay impulsamos un trabajo de prevención para que no siga habiendo más víctimas y personas dañadas por este flagelo humano que convierte a la mujer y a todo ser humano en objeto y mercancía”, comentó.

Es necesario que actuemos juntos, de lo contrario, esto va a seguir creciendo y viviremos en una sociedad más herida y dañada por la trata de personas.

La hermana Rosario reflexionó sobre la importancia de la prevención en el cuidado de la vida de la mujer y los niños: «Todos somos responsables unos de otros, como lo hizo Jesús. Cambiemos la violencia por la ternura, el dolor por una caricia, el maltrato por el cariño y el golpe por el abrazo”.