En el hermano que sufre se encuentra Jesús transfigurado – II Domingo de Cuaresma

Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, presidió la Celebración Eucarística de este II Domingo de Cuaresma en la Basílica Catedral de Lima: «la luz del Señor es capaz de transformarnos y convertirnos, especialmente en los momentos más difíciles, en nuestros días grises. Hoy necesitamos de esa experiencia, de ese encuentro con Jesús en la Palabra, en la reflexión, en la meditación, en el hermano que sufre, allí también podemos encontrar a Jesús transfigurado» – comentó durante su homilía.

Este domingo 8 de marzo, Monseñor Elías expresó un saludo especial dirigido a todas las mujeres: «ustedes son la fuerza, son la alegría, son la esperanza, son la vida y lo más precioso que tiene la Iglesia, el país, el mundo. Gracias a las mujeres y sus apuestas, la existencia toda tiene sentido, sigamos caminando para construir un mundo en el que todos y todas tengan derecho a la vida, a la dignidad, a la justicia» – manifestó.

La Palabra nos ilumina, nos transforma y nos convierte

«Hoy, la Palabra nos congrega e ilumina en este camino a la Pascua – comentó refiriéndose al Evangelio de Mateo (17,1-9) que narra el evento de la transfiguración – es un signo poderoso para nosotros, para interpretarlo de manera profunda y no quedarnos en la pura simbología, sino ver en la transfiguración de Jesús eso que quiere revelarnos Dios».

«La luz del Señor es capaz de transformarnos y convertirnos, especialmente en los momentos más difíciles, en nuestros días grises – resaltó el Obispo Auxiliar de Lima – la luz de Dios enciende nuestro corazón, nos abre los ojos y nos permite ver más allá, ir a lo profundo».

¿De qué manera la transfiguración toma tu vida? – preguntó Monseñor Elías – «a veces nos olvidamos en quién está en nuestra vida, en quién hemos puesto nuestra confianza. Hoy necesitamos de esa experiencia, de ese encuentro con Jesús en la Palabra, en la reflexión, en la meditación, en el hermano que sufre, allí también podemos encontrar a Jesús transfigurado».

Monseñor Guillermo hizo un llamado a mirar nuestra realidad para dejarnos interpelar por la mirada de Dios que se esconde en el rostro de cada ser humano: «Que esta transfiguración nos ayude a entender el sentido de nuestro camino, acojamos la fuerza de la Palabra y hagamos que esta Palabra nos transforme» – concluyó.