En el marco de la solemnidad de San Ignacio de Loyola, el Cardenal Pedro Ricardo Barreto presidió la Santa Eucaristía celebrada en la parroquia Nuestra Señora de Fátima en el distrito de Miraflores. La celebración contó con la presencia de los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Lima: Monseñor Ricardo Rodríguez y Monseñor Guillermo Elías.
“Estamos celebrando esta fiesta de San Ignacio de Loyola, dándole gracias a Dios por todo lo que significa la compañía de Jesús para la Iglesia desde el momento de su fundación”, indicó el purpurado.
“Nos hemos reunido esta noche para agradecer una vez más por la herencia espiritual de San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesús. Agradecer por sus enseñanzas espirituales que tanto bien han hecho en la Iglesia y en la vida de las personas, agradecer el peregrinar de Ignacio por habernos ayudado a buscar y encontrar a Dios, que nos ama infinitamente, que nos envía a testimoniar su amor a todos nuestros hermanos”
Llegar a Dios a través del prójimo
“Lo primero que el evangelio nos muestra es que el camino hacia Dios pasa necesariamente por el encuentro con el hermano en forma creacional. Si queremos mostrar el camino hacia Dios debemos volver a mostrar el camino hacia los hermanos, en su propios desafíos, anhelos, luchas y logros”, comentó durante la homilía el padre Juan Carlos Morante (Provincial de la compañía de Jesús en el Perú).
“Juan Pablo II en su primera encíclica, que para la Iglesia, el ser humano es el camino para encontrar a Dios. Por eso volver al camino hacia Dios implica necesariamente lo que encontramos en el Concilio Vaticano II, hacer nuestros los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobretodo de los pobres y de cuanto sufren».
Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús
En otro momento, el padre Juan Carlos Morante compartió con la comunidad parroquial los nuevos lineamientos de la Compañía de Jesús difundidos a inicios de este año:
“Las Preferencias Apostólicas Universales son el fruto de una elección. Se ha escogido entre varias posibilidades, todas ellas buenas; se ha querido encontrar la mejor manera de colaborar en la misión del Señor, la que más conviene al servicio de la Iglesia en este momento, la que mejor podemos realizar con lo que somos y tenemos, buscando hacer aquello que sea de mayor servicio divino y bien universal”, señala.
«(1) Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento; (2) caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia; (3) acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador; (4) colaborar en el cuidado de la Casa Común» son las cuatro preferencias apostólicas que han sido, a su vez, confirmadas por el Papa Francisco.
El Santo Padre insiste en que “la primera preferencia es capital porque supone como condición de base el trato del jesuita con el Señor, la vida personal y comunitaria de oración y discernimiento”. Morante añadió que “sin esta actitud orante lo otro no funciona”.
Ignacio de Loyola: un estudioso al servicio del Señor
San Ignacio de Loyola nació en España en el año 1941 y fue el Fundador de la Compañía de Jesús. Su primera dedicación fueron las armas, siguiendo la tradición familiar. Sin embargo, tras resultar gravemente herido en la defensa de Pamplona contra los franceses (1521), cambió por completo de orientación hacia la lectura de libros durante su convalecencia.
“San Ignacio de Loyola, que hoy recordamos, cuando era un joven soldado pensaba en su propia gloria; pero luego fue atraído por la gloria de Dios, que dio sentido a su vida”, comentó el Papa Francisco a través de su cuenta de Twitter.
Formuló sus Ejercicios espirituales durante su retiro en Manresa, y utilizó como modelo Ejercicios para la vida espiritual (1500), del abad español García de Cisneros. Los Ejercicios espirituales constituyen el modelo para la mayoría de las misiones y retiros católicos.