María es fuente inagotable de la belleza de todas las culturas

«María es fuente inagotable de la belleza de todas las culturas para que todos seamos reconocidos como sus hijos y así aprendamos a querernos. Por eso, la Iglesia también debe tomar la forma de los pueblos donde va», fueron las palabras del Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo durante la Fiesta de la Virgen de Guadalupe.

Mons. Castillo presidió la Celebración Eucarística en la Parroquia Santuario Nuestra Señora de Guadalupe del distrito de La Victoria. También estuvo presente el Padre Luis Sarmiento, Vicario de la Comisión de Vida y Familia.

Durante su homilía, el Primado del Perú resaltó que María «ha sido el signo que dejó el Señor en nuestro continente» para que pudiéramos reconocer el valor de la vida generada a partir de la mujer, siempre dispuesta a entregarse por sus hijos y «generar vida para todos».

De igual forma estamos «animados y seguros de que venimos de un don generoso de alguien que entregó su vida por nosotros», de Dios, que siendo de condición divina no retuvo para sí su categoría de Dios sino que se anonadó por nosotros y se hizo siervo y esclavo.

María es el antecedente más grande de ese amor que Jesús manifestó en la cruz

El Arzobispo de Lima también se refirió al mensaje del Papa Francisco durante la Solemnidad de la Virgen de Guadalupe: «ella es mujer, madre y mestiza», dijo el Santo Padre.

María es mujer

«Es una mujer servicial que visitó a Isabel y se quedó con ella los seis meses restantes de su embarazo. Por eso, también agradecemos al Señor porque nos envió a María de Guadalupe para visitarnos y quedarse con nosotros», indicó.

Esta condición de la mujer tiene algo muy importante para todos nosotros: es la dimensión femenina de la vida que siempre tiene como elemento esencial la entrega generosa y la delicadeza de la visita

«La condición de la mujer requiere ser reconocida en la Iglesia porque sin las mujeres no hay Iglesia. Pero tal como lo señala el Papa Francisco, no es suficiente con reconocerla, también hemos de colocar la condición femenina como fuente inagotable de experiencia de fe, de vida y de acción en la Iglesia», reiteró el Obispo de Lima.

«Todo ser humano tiene esa dimensión femenina y tenemos que reconocer que la delicadeza, la amistad, el cariño, la ternura, son fundamentales – explicó Mons. Castillo – y nuestro pueblo debe ser capaz de recoger el amor de la mujer en nuestro ser y convertirla en gestos concretos que puedan construir esta Iglesia linda que tenemos de comunidad».

María es madre

«María es madre generadora de vida y al generar a su hijo para nosotros, nos lo entrega, no es una madre posesiva. También nosotros debemos surgir como una sociedad que se cuida mutuamente y en donde todos participamos como una verdadera comunidad cristiana, donde todos podamos entendernos en medio de un país tan distinto y con tantas heridas. Por eso es que María es también madre de la justicia, es generadora de justicia», precisó.

María es mestiza

«El Papa nos recuerda que si María no fuera mestiza no hubiera llegado a todos los hombres y mujeres del mundo. Es el mestizaje de María el que permite que cada uno quiera a María y la interprete y la introduzca en cada cultura. La Iglesia debe tomar la forma de los pueblos donde va», subrayó Mons. Castillo.

María es fuente inagotable de la belleza de todas las culturas para que todos seamos reconocidos como sus hijos y así aprendamos a querernos

El Arzobispo de Lima recordó que «estamos llamados a tener un mundo en donde nos tratemos como personas, y todo depende de cuánto nos dejemos inspirar por el amor de María que es el amor del Espíritu Santo que vino a habitar en ella».