Mensaje de Monseñor Carlos Castillo al Clero de Lima

«Cuando oren, no sean como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, bien plantados, para que los vea la gente. Les aseguro que con eso ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” (Mt, 6-56)

Queridos hermanos en el sacerdocio,

Como es de su conocimiento, el gobierno y autoridades locales han decretado emergencia sanitaria dando indicaciones que debemos tomar en cuenta ante la peligrosa expansión mundial del coronavirus. Es necesario tomar algunas medidas para nuestro mejor servicio al pueblo de Lima tomando en cuenta que un hermano sacerdote ya sufre las consecuencias de esta pandemia.

Como saben las normas dictadas por el gobierno prohíben la reunión de más de 300 personas y algunas autoridades locales están exhortando a no celebrar misas; por todo ello hemos visto conveniente señalar indicaciones concretas para cuidado de los fieles e incluso de nuestro clero:

a) Los sacerdotes y religiosas mayores de 60 años que en los últimos 5 años no se hayan vacunado contra la neumonía, si lo desean, podrán ser vacunados de manera gratuita en el Seminario Santo Toribio de 9 a.m. a 1 p.m.

  • Lunes 16 y martes 17: solo sacerdotes
  • Miércoles 18 y jueves 19: solo religiosas
  • Viernes 20: aquellos sacerdotes y religiosas que no pudieron días anteriores. No se necesita inscripción previa.

b) Dispensar a todos los fieles de cumplir el precepto de la misa dominical, llamándolos a orar en familia y seguir la celebración de las misas que se trasmitirán por televisión, radio, y sistemas de comunicación y redes de internet. El Arzobispado está en coordinación con todos los canales y medios para que desde el próximo domingo se brinden varios horarios televisivos.

c) Recomendar vivamente a las personas más vulnerables, especialmente de la tercera edad, y en riesgo de contraer gravemente el coronavirus, a estar en casa y no asistir físicamente a la misa dominical. Retómese para ello el beneficio de la “comunión espiritual”, pudiendo comulgar dentro de la semana en misa de número menor de asistentes.

d) Apelo a su creatividad y responsabilidad para la atención de los feligreses en este tiempo difícil que nos toca vivir. No es el momento de abandonar a los fieles y menos a los enfermos, por ello mantendremos el viático y visita a los enfermos que ya eran atendidos.

e) Evitar las misas de aglomeración masiva, organizando a la comunidad para que no haya peligro. De ser posible, ofrecer más celebraciones dominicales  o durante la semana con el fin de no exceder el número de fieles asistentes a las eucaristías en más de 300 personas. En ese sentido, organizar un modo de control de la entrada que prevea la proporción adecuada de personas que quepan en el templo con la distancia adecuada para evitar el contagio

f) Durante la misa sería recomendable suprimir el rito de la paz, de lo contrario debe hacerse solo una venia

g) Se sugiere hacer la colecta después de la comunión o a la salida del templo.

h) La comunión puede recibirse en la mano, procurando que tanto el sacerdote como los ministros tengan las manos limpias. Exhortar a los fieles a venir con las manos limpias.

i) Se sugiere suspender el inicio de las catequesis masivas hasta el mes de mayo y toda reunión con asistencia numerosa.

j) Tomar medidas preventivas para el sacramento de la Confesión, de manera que pueda celebrarse en lugares amplios, en el templo o ambientes parroquiales y no necesariamente en el confesionario.

k) Procuren mantener los templos abiertos durante el día para los fieles que quisieran orar en este tiempo de cuaresma.

l) Colocar en ambientes parroquiales productos para lavarse las manos.

m) Se sugiere que se celebren las bodas y otros sacramentos con la menor asistencia posible o de ser posible se postergue su celebración

n) Quitar el agua bendita a la entrada del templo

o) Se suspenden las procesiones y actividades religiosas de carácter masivo

Les encargo, con afecto, el deber de implementar estas disposiciones y de hacerlas de inmediato conocimiento de sus fieles en sus parroquias, rectorías, capellanías y comunidades.

Estamos en coordinación permanente con las autoridades y evaluando este tema que nos afecta a todos y en especial a los ancianos y enfermos; por ello estaremos dando indicaciones sobre las actividades de Semana Santa para tomar decisiones con responsabilidad ciudadana y cristiana.

“Padre bueno, ayúdanos una vez más, danos la sabiduría de tu Hijo y disciplina necesaria para que tu pueblo reviva por la resurrección de Jesús”

Dios bendiga a nuestra ciudad y a nuestro Perú.

+Carlos Castillo Mattasoglio,
Arzobispo de Lima, Primado del Perú.