Mensaje del Arzobispo de Lima: Jornada Mundial por las Vocaciones

En el marco de la 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, convocada por el Papa Francisco para este Domingo 03 de Abril, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, reflexionó sobre la vocación a la luz del fragmento del Evangelio de los discípulos y la tempestad: “El Señor acompaña a sus discípulos desde la popa de la barca, los discípulos creen que el Señor los ha abandonado, pero el Señor está dormido en la parte más peligrosa, por donde la barca se empieza a hundir, también en nuestras vidas el Señor está presente en los momentos más difíciles, más complejos, incluso más pecaminosos para alentarnos a superar nuestros límites y nuestros pecados. Es en estas situaciones difíciles donde Dios nos llama, desde lo más profundo, para servirle en nuestro pueblo».

Del Corazón de nuestra fe han de nacer aquellas personas que nos manda el Señor para cuidarnos a todos

Oración, disponibilidad y servicio a Dios en su pueblo

Monseñor Carlos Castillo, pidió que en este día especial oremos por los seminaristas que se encuentran formándose en el Seminario de la Arquidiócesis para que sean pastores a Ejemplo de Santo Toribio de Mogrovejo, y en nuestra Iglesia de Lima se forje una nueva generación de sacerdotes cercanos a las necesidades del pueblo de Dios: “Vamos a orar para que el Señor mande trabajadores a su cosecha, y así nuestra Iglesia florezca, reflorezca y renazca con las nuevas generaciones que comprenden a la altura de los tiempos las necesidades y los gozos de nuestro pueblo” – resaltó.

Pastores que lleven a la Iglesia a ser Luz en medio de las tinieblas, sal de la tierra, y sazón para vivir la vida con alegría y esperanza

Finalmente, dirigiéndose a los padres de familia, el Arzobispo de Lima hizo un llamado a la disponibilidad para acompañar el surgimiento de una vocación familiar dentro del hogar, que pueda iluminar a la Iglesia siendo un santo pastor al servicio de la evangelización.

Como se recuerda, este domingo de oración por las vocaciones, domingo del “Buen Pastor”, está dedicado para todo aquel cristiano llamado a ser responsable de la vida de los demás y vivir el Evangelio para animar y comprender el sentido de Dios en la vida de cada hombre. En eso radica la universalidad de la vocación cristiana a la Santidad que se expresa en las labores cotidianas realizadas con un amor generoso y una entrega constante por buscar la felicidad del otro.