A través de un mensaje titulado «La esperanza en esta navegación por las aguas del río sinodal amazónico: fuente de vida, conversión y orientación hacia nuevos caminos para la Iglesia y ante un mundo en crisis socioambiental», la Red Eclesial Panamazónica realiza un profunzo repaso de lo que ha sido la experiencia de este Sínodo que abre ahora nuevos horizontes concretados en cuatro conversiones: pastoral, cultural, ecológica y sinodal.
Al finalizar el Sínodo para la Amazonía, la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, ha emitido un mensaje conclusivo que refleja lo vivido en estos dos últimos años de proceso y ofrece perspectivas de futuro de cara a la etapa postsinodal, que será el momento decisivo, ya que tendrá la misión de poner en práctica para el bien de la región, todo lo decidido a lo largo de estos diálogos en Roma.
«La experiencia de conversión eclesial traída por la “periferia” de la Amazonía y de sus pueblos, ha producido el camino de novedad Sinodal que sigue y que está todavía en proceso, ayudando al centro a ser reformado. Ahora más que nunca, debemos trabajar intensamente y juntos para seguir navegando estas aguas vivas de la diversidad cultural y del compromiso de cuidar nuestra casa común», se lee en el escrito.
Es tiempo de cambiar y la sinodalidad es la vía
En este sentido la REPAM insiste en que es tiempo de cambiar, «el tiempo es ahora y será por la vía de la sinodalidad» y para lograr ese cambio es fundamental escuchar la voz de los pueblos que habitan la Amazonía: «los testimonios de innumerables mujeres y hombres mártires de la Amazonía que muestran la fuerza viva del camino de entrega para ser semillas que se siembran en el corazón de los pueblos, en la opción por la justicia, siendo vida y vida en abundancia para ellos».
«Estos testimonios seguirán siendo los que lleven adelante este proceso más allá de este momento coyuntural, y muy importante, de Asamblea», añade el documento.
Un Sínodo nacido de una experiencia de conversión
Asimismo, el mensaje hace un repaso histórico de lo que ha sido “el camino de nuestra navegación”, que ha nacido de una “experiencia de conversión”, concretada a lo largo del tiempo, especialmente después del Concilio Vaticano II. «Este proceso sinodal abre nuevos horizontes, que se concretan en cuatro conversiones: pastoral, cultural, ecológica y sinodal. Fruto de estas conversiones surgirán actitudes, como la misionariedad, una Iglesia con rostro amazónico e indígena, incluturada e intercultural, que cuida de la Casa Común, ministerial y que se organiza desde la sinodalidad».
Un caminar juntos que ha transformado la Iglesia
Igualmente la Red Eclesial Panamazónica afirma que el Sínodo «es ya una experiencia inédita de caminar juntos» y ha transformado a la Iglesia desde los dones de la periferia, «antes considerada indeseable», que llegan al centro ayudándole en su propio proceso permanente de reforma en marcha:
«Una conversión real liderada por el Papa Francisco y que hoy es irrenunciable, para ser más una Iglesia que está en salida misionera, que dialoga con respeto e igualdad hacia la diversidad, una Iglesia que se afirma como una voz ética, mártir y profética ante la crisis socioambiental sin precedentes, y que toma posición como el propio Jesús del lado de los que han sido considerados descartables que hoy ilustran los nuevos caminos».
Documento final
En cuanto al documento final de este Sínodo, la REPAM hace hincapié en que será un instrumento muy importante, pero que por sí mismo, no determinará los nuevos caminos: «Nos sentimos invitados a no ser atrapados por quienes no quieren cambiar nada y desean que las cosas terminen aquí, y también a tener cuidado con profetas de calamidades que expresan que nada de esto ha tenido sentido por mirarlo a la luz de sus propias categorías autorreferenciales, ya que en ambos casos se niegan a ver (e impiden la mirada a otros) que este es el momento preciso, un kairós esperado que sigue fluyendo como río de agua viva y que no se puede parar por lo que ya ha sido y alcanzado, lo que ya es y está determinando como novedad, y lo nuevo que inevitablemente será para abrir nuevos horizontes del Reino», concluye.