Miércoles de Ceniza: la Cuaresma no es para quedarnos quietos, sino para salir a ayudar

«Este Tiempo de Cuaresma es para que aprendamos, desde el corazón de nuestras situaciones humanas y sociales, que nuestro país, nuestra sociedad y nosotros mismos, estamos siendo llamados a salir urgente a levantarnos, a levantarnos para arrodillarnos a servir» – lo dijo Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en la homilía de este Miércoles de Ceniza celebrada en la Basílica Catedral de Lima – «Este Tiempo de Cuaresma no es para quedarnos quietos, sino para ir a ayudar» – reiteró.

«Hermanos y hermanas, inauguramos este tiempo en la Iglesia Universal para que, durante este camino de 40 días, podamos ir entrando en eso que el Evangelio de Mateo llama hoy, lo secreto, y entremos en el Dios que ve en lo secreto» – expresó Monseñor Castillo al inicio de su homilía.

«Entendamos por secreto aquellos misterios que desconocemos muchas veces pero que pueden ser fuente inagotable de esperanza para nosotros – prosiguió – como el complejo misterio que sucede desde que estamos en el seno materno y crecemos durante nueve meses. El Señor nos fue tejiendo junto a nuestra madre, y ahí se fueron formando muchas cosas en nuestra historia. Dios, que habita en lo que está escondido, lo puede revelar».

Este Tiempo de Cuaresma es también una invitación para que, orantemente, dialoguemos con Dios y le preguntemos qué quiere de nosotros: «preguntarle cuál es nuestra misión en este mundo y si es que ahora estoy caminando de acuerdo a tu voluntad Señor y no de acuerdo a mis intereses, a las cosas superficiales que pueden influirme y que no son los caminos que tú querías para mí. Y no solamente lo podemos hacer individualmente, sino también como comunidad, como pueblo ¿Qué quisiste Señor para nuestro país?» – resaltó.

Compartir el misterio de que Jesús nace y crece en nosotros.

Monseñor Castillo también recordó que las tres dimensiones de la vida espiritual propia de la Cuaresma (Caridad, Ayuno y Oración) también fueron experimentadas por la Virgen María, quien en un diálogo con el Ángel Gabriel, «en lo secreto de su habitación», se aparece y le anuncia algo inusitado e importante para la historia de su pueblo:

«De igual manera, cuando nuestro país expresa su devoción de diferentes maneras en las procesiones, devociones, parroquias y seminarios, el Señor, en primer lugar, nos fecunda, hace que Jesús habite en nosotros como habitó en María» – indicó el Primado del Perú.

El Tiempo de Cuaresma es para reconocer que el Señor ha nacido en nosotros, está creciendo y nosotros lo compartimos desde el primer momento con humildad, sin creer que somos superiores a los demás, siendo una Iglesia servidora y sencilla como María

«Es muy importante que María estando encinta, salió corriendo a verificar con Isabel que estaban viviendo las dos un misterio – añadió más adelante – y como bien lo ha recordado el Papa Francisco, María se levantó estando encinta, pudiendo no haber ido, y cargó con su condición de mujer fecundada para ayudar a Isabel que también estaba embarazada. La más joven ayuda a la más vieja, y así se hermanan las generaciones de un pueblo».

«En esta Cuaresma hemos de aceptar que el Señor, en la oración, ha engendrado a Jesús en nosotros, y que hemos de levantarnos como lo hizo María. Este Tiempo de Cuaresma no es para quedarnos quietos, sino para ir a ayudar» – acotó el Arzobispo de Lima.

Arrodillarnos para servir a los pobres y a los enfermos.

Monseñor Carlos reiteró que el Tiempo de Cuaresma es un llamado para que «aprendamos, desde el corazón de nuestras situaciones humanas y sociales, que nuestro país, nuestra sociedad y nosotros mismos, estamos siendo llamados  a salir urgente a levantarnos, a levantarnos para arrodillarnos a servir».

La mejor manera de arrodillarse hoy es con los enfermos o con las personas necesitadas, porque el Señor nos dice ¡levántate! para que puedas arrodillarte con el pobre. Y eso vamos a pedírselo intensamente en lo secreto de nuestra oración de esta Cuaresma.

El Obispo de Lima puso hincapié en la necesidad de recapacitar como país para formar «una gran comunidad de personas que se entiendan y se ayuden mutuamente, superando esta etapa terrible en el que todos son chismes, mentiras, corrupción, maltrato, destrucción, delincuencia, inseguridad, y nos convenzamos que el Espíritu del Señor es tan grande y puede hacer que hasta el último delincuente de nuestro país pueda recapacitar y salir adelante, como una persona buena».

Ayunar para llenarnos de la Palabra del Señor.

Por último, Monseñor Castillo se refirió al significado y sentido del ayuno que se practica durante la Cuaresma: «el ayuno es una manera de reservarse para el Señor y para vivir básicamente de Él: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4)». Entonces vamos a ayunar para llenarnos de la Palabra del Señor» – subrayó.

«Que este Tiempo de Cuaresma nos ayude a vivir un tiempo sencillo de oración que nos recoja para prepararnos a algo más grande todavía, porque nuestra vida cristiana no es una sucesión inacabada de acontecimientos, sino es una relación personal con el Señor que, según vamos caminando, nos hace crecer y nos invita a enfrentar nuevos retos» – finalizó.