Mons. Castillo: Promover una Iglesia de servicio y no un sistema de ganancias

Inspirado en la Liturgia de hoy, Monseñor Carlos Castillo hizo un fuerte llamado a la lucidez en la vida religiosa, evitando su entrampamiento en «modelos de negocios» y «sistemas de ganancias» que nos impiden continuar nuestra misión evangelizadora de servir a los más pobres y marginados.

Al comenzar su sexto año a cargo de la Arquidiócesis de Lima, Monseñor Castillo se mostró agradecido por «el camino que hemos ido avanzando en la reforma de nuestra Iglesia».

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Al comentar el Evangelio de hoy (Jn 2, 13-25), que narra la escena de la expulsión de los mercaderes del Templo, el arzobispo de Lima explicó que los sacerdotes de Israel «habían constituido todo un sistema de negocios para celebrar la Pascua», convirtiendo las verdaderas leyes de amor y adoración a Dios en un «sistema para sacar plata».

Ante ello, la dura reacción de Jesús de expulsar a los mercaderes es una crítica hacia el «entrampamiento de la religión en el negocio», problema que todavía sucede en todas las religiones, incluyendo la nuestra. Monseñor Carlos sostuvo que la única manera de afrontar esta realidad es desde el reconocimiento de nuestros límites y pecados, dejando que sea Dios quien se manifieste y no nuestros intereses personales.

Jesús pone un signo crítico de lo que está pasando para mostrar que a Dios no se le puede comprar con holocaustos, sacrificios ni flagelaciones. Él es nuestro Padre que nos ama, nos perdona y no nos abandona. Por eso, el Tiempo de Cuaresma es para vivificarnos, llenarnos de la vida del Señor.

Para evitar el desbarate de la sociedad a causa de la corrupción y la ambición por el poder, tenemos que «estar en permanente actitud de lucidez», continuando nuestro servicio de misión y evangelización en todos los pueblos, especialmente, en los más pobres; y continuando el «proceso de vivificación consolidadora de lo bueno que hemos ido haciendo».

El Primado del Perú recordó que el Santo Padre nos ha convocado a «hacer de las periferias el centro», misión que siempre estuvo presente en el corazón de Toribio de Mogrovejo, que se preocupó por los marginados, los indios y los pobres.

Fue así que el arzobispo de Lima anunció que se iniciará un gran peregrinaje pastoral por todas las parroquias de nuestra Arquidiócesis, de manera tal que se organicen asambleas sinodales parroquiales para escuchar en qué cosas se ha mejorado y qué falta por mejorar.

Cuando tenemos una Iglesia que no hace gestos de interrogación ni se deja interpelar, corremos el riesgo de convertir la Iglesia en «una cueva de bandidos» y en un mercado que deteriora la vida y la humanidad.

A pocos días de celebrar el Día Internacional de la Mujer, el Prelado manifestó su preocupación por el maltrato y la injusticia que sufren miles de mujeres en nuestro país a consecuencia de este «mundo machista que se ha creado en nuestro país y no logra superarse». Para respetarnos unos a otros, necesitamos también una religión «que respete la dignidad de las personas y acompañe el proceso de desarrollo personal, velando por el crecimiento humano y espiritual».

Estamos llamados a promover la Iglesia en todas partes, a hacerla viva y, simultáneamente, a sancionar con claridad a quien comete delitos.

Al término de la Eucaristía, Monseñor Castillo recibió el abrazo de la Iglesia de Lima al cumplirse cinco años de su ordenación episcopal. Entre las manifestaciones de afecto se hicieron presentes las madres de ollas comunes, jóvenes, comunidades parroquiales y movimientos.

La Santa Misa del III domingo de Cuaresma fue concelebrada por Monseñor Jordi Bertomeu, Oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, designado por el Santo Padre para continuar el proceso de investigación canónica sobre las presuntas irregularidades financieras atribuidas al instituto de vida consagrada “Pro Ecclesia Sancta”.