Al llegar el VII Domingo de Pascua, Monseñor Guillermo Elías presidió la Celebración Eucarística de este domingo desde la Catedral de Lima. En su homilía, nuestro obispo auxiliar señaló que, con la Ascensión del Señor, se completa la misión de Jesús en medio de nosotros: “Jesús asciende al cielo llevando consigo nuestra carne. Es el primer hombre que entra en el cielo, porque es verdadero hombre y verdadero Dios. Esto debe causar en nosotros una inmensa alegría, porque nos da una profunda esperanza para nuestras vidas. Abramos y preparemos nuestro corazón para recibir a Jesús”, reflexionó.
Monseñor Elías remarcó que, en el misterio de la Ascensión, Dios Hijo nos abre las puertas hacia un nuevo horizonte, haciéndonos comprender que en esta vida terrenal no termina todo, sino que después de la muerte, Jesús nos espera, porque no nos ha abandonado, Él siempre está con nosotros.
Llamados a bendecir y anunciar la vida.
Guillermo Elías hizo referencia a otro pasaje del Evangelio de San Lucas, en el cual Jesús bendice a sus apóstoles, haciendo referencia al gesto sacerdotal: “El Evangelio quiere decirnos que Jesús es el gran Sacerdote de nuestra vida. Jesús sube al Padre para interceder por nosotros, para presentarle nuestra humanidad. Y así, el Señor hoy nos compromete a también bendecir y anunciar la vida”.
El obispo auxiliar invitó a que reflexionemos juntos y en comunidad a partir de una serie de preguntas: “Hermanos y hermanas, preguntémonos si realmente somos capaces de amar a los demás, dejándolos libres y dándoles espacio ¿Sabemos hacernos hermanos de los hermanos? ¿Estamos en nuestras comunidades, o casas suscitando amor en libertad? ¿Sabemos hacernos intercesores de los demás, es decir, rezamos por ellos, bendecimos sus vidas? ¿Servimos a los demás o solo nos valemos de nuestros propios intereses?”, preguntó.
Ante los ojos del Padre, están y estarán siempre con la humanidad de Jesús, nuestras vidas, especialmente la de aquellos que no encuentran sentido y sufren enormemente. Él ilumina nuestras heridas, nos abre el camino e intercede por nosotros para que siempre estemos acompañados y bendecidos por el Padre.
Finalmente, en la Fiesta de la Ascensión, Guillermo Elías hizo un llamado a comprometernos con la realidad que vivimos para construir una sociedad más fraterna: «Abramos y preparemos nuestro corazón para recibir, el próximo domingo, en la Fiesta de Pentecostés, al Espíritu Santo», concluyó.