Nuestro Obispo Auxiliar de Lima, Monseñor Guillermo Elías, visitó a la Parroquia La Preciosísima Sangre, en el distrito de Cieneguilla, para compartir la Eucaristía con toda la comunidad presente. En su homilía, el prelado recordó que el camino para llegar al Padre, es a través del estilo y las obras que Jesús nos dejó: «amando gratuitamente como Dios nos ama, poniéndonos al servicio unos de otros».
Monseñor Elías, para dar inicio al desarrollo de su prédica, consultó a los laicos en Misa las siguientes preguntas ¿dónde está Dios? y ¿cómo es Dios?, a través de las cuales, irá develando el mensaje del Evangelio.
En ese sentido, comentando el Evangelio de San Juan (14,1-12), que narra un diálogo de Jesús con sus discípulos, donde, dos de ellos, Tomás y Felipe, parecen no haber comprendido la unión de Jesús con el Padre, nuestro obispo auxiliar recordó que Tomás era un discípulo inquieto al que le costaba reconocer el camino.
“Tomás era un hombre inquieto como nosotros, le dice a Jesús: “Señor no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”. A lo que Jesús le responde: “Yo soy el camino, yo soy la verdad y yo soy la vida, Tomás, nadie va al Padre si no por Mí. Si me conocieras a Mí, conocerías también a mi Padre. Ahora, ya lo conoces y lo has visto”, remarcó el obispo.
Asimismo, monseñor Elías citó textualmente las palabras de Felipe, el segundo apóstol que tampoco comprendió la esencia de Cristo en sus vidas: “Ahora, interviene Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le contesta: “Hace tiempo que estoy con ustedes y todavía no me conoces, Felipe”.
«Entonces, ¿dónde está Dios?, ¿en quién está Dios?, en Jesús. Entonces, ¿cuál es el camino para encontrar a Dios?, Jesús”, reflexionó el prelado, quien recordó que Jesús es el camino, la verdad y la vida, y que «Él nos ha revelado el amor de Dios como Padre incondicional».
El Padre del cielo ama gratuitamente, nos ama si nos portamos bien o mal. El Padre del cielo ama siempre. Por tanto, el camino para llegar al Padre es Jesús, y Jesús nos enseñó un camino, una forma de vivir en amor entre nosotros, poniéndonos al servicio unos de otros. Ese es el estilo de vida que nos dejó Jesús.
Finalmente, nuestro obispo auxiliar de Lima, felicitó a la comunidad parroquial de La Preciosísima Sangre por «su excelente disposición para darse la mano durante la difícil situación que vivieron a causa del desastre natural causado por los huaicos».
En esta Parroquia, cuando vinieron los huaicos, muchos se organizaron para ver cómo ayudar a todos. Esa es una comunidad cristiana, como la de ustedes, que siguen haciendo las obras del Señor.