En el VIII domingo de Pascua, monseñor Guillermo Elías Millares presidió la Celebración Eucarística por la Fiesta de Pentecostés, en compañía de nuestros hermanos de la Renovación Carismática. En su homilía, nuestro obispo auxiliar, explicó que, como católicos, es fundamental que comprendamos la necesidad de recibir y acoger al Espíritu de Dios en nuestras vidas: «El Espíritu nos convierte en nuevas criaturas, para así poder asumir los desafíos que se vienen presentando en nuestro país y poder hacerles frente bajo su inspiración divina», reflexionó.
Monseñor Elías señaló que el Envío del Espíritu de Dios es una experiencia real y simbólica, porque «se manifestó como un viento impetuoso que llenó la casa en la que se encontraban, y que revela que el Espíritu es un viento fuerte y libre, es decir, nos trae fuerza, libertad, y no se deja enmarcar en nuestras exigencias humanas”, acotó.
Retomando la historia de Pentecostés, nuestro obispo auxiliar afirmó que, así como los apostóles tenían miedo de predicar la Buena Nueva de Cristo antes de recibir el Espíritu, nosotros también podemos sentir el mismo temor para anunciarlo o abrirle nuestros corazones:
“El día de Pentecostés, los discípulos de Jesús todavía estaban desconcertados y asustados, aún no tenían el valor de salir a la luz. A nosotros también nos sucede lo mismo: preferimos permanecer dentro de nuestras paredes protectoras; sin embargo, el Señor sabe cómo llegar hasta nosotros y abrir las puertas de nuestros corazones. Él envía su Espíritu sobre nosotros, nos envuelve y derrota todas nuestras vacilaciones, derriba nuestras defensas y desmantela nuestras falsas certezas”, subrayó.
Vivir la experiencia de construir comunidad.
En otro momento, el monseñor Guillermo remarcó que la Fiesta de Pentecostés nos enseña a ser responsables desde la fe, a vivir una experiencia de edificar a la comunidad, de construir la comunidad en la que estamos: «El Espíritu no nos quita las diferencias culturales, de pensamiento, si no, en la diversidad, nos impulsa a procurar la vida. En otras palabras, el Espíritu Santo pone en comunicación a personas diversas, realizando la unidad”, precisó.
Finalmente, monseñor Elías nos invitó a construir una mejor comunidad y un mejor país bajo el fuego del Santo Espíritu: “Que Pentecostés anime, pero también dé sentido a todo lo que, en este momento, cada uno de nosotros esté viviendo. Que el Espíritu de Pentecostés dé sentido a este país que requiere la acción poderosa de santificación que el Espíritu puede lograr”, concluyó.