En la homilía de este domingo XXIV del Tiempo Ordinario, el arzobispo de Lima aseguró que, para no caer en el extremismo de la violencia y la agresión, «se necesita volver a la sabiduría de Dios»; sabiduría que nuestros hermanos del GEIN quisieron sentir y vivir hace 30 años, cuando se dio inicio al proceso de pacificación en el Perú:
«Ellos se unieron para pensar un camino pacífico e inteligente, profundo y sabio, con pleno respeto de todos los derechos humanos, guiados por una finalidad noble: la paz del Perú», ha dicho el prelado en su reflexión dominical.
Leer transcripción de homilía de Monseñor Castillo.
Una Eucaristía muy emotiva se vivió este domingo en la Catedral de Lima. La Basílica principal de la capital peruana recibió la visita de los representantes del Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN), al cumplirse 30 años de la captura de la cúpula del grupo terrorista Sendero Luminoso. También estuvieron presentes las hermanas de la Congregación de Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas, en el marco de su 350º Aniversario; y la Hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina, al celebrarse 100 años de fundación.
Durante la Santa Misa, se leyó el decreto extraordinario que dispone, para nuestra sede arquidiocesana, que cada 12 de septiembre, durante la Fiesta del Santísimo Nombre de María, se celebre la advocación de María Sede de la Sabiduría, «para dar gracias a Dios por los dones de sabiduría pacificadora» que hicieron posible el inicio del proceso de pacificación en el Perú.
«Acogiendo esos dones, todos superemos las polarizaciones y violencias con paciencia, serenidad, humildad, desprendimiento, generosidad, disciplina, inteligencia profunda, comprensión ponderada de las situaciones y la prudencia pacificadora», indica el decreto firmado por nuestro arzobispo.
Dios siempre nos busca, siempre nos espera.
Comentando el Evangelio de Lucas (15, 1-10), Monseñor Carlos Castillo explicó que el Señor ha querido representarse en tres figuras claves: el pastor que busca a la oveja perdida, la mujer que encuentra la moneda perdida, y el padre del hijo pródigo. A través de estos tres casos, Dios quiere recordarnos que «siempre nos busca, siempre nos espera y siempre nos pone en nuestro lugar».
Para dejarnos encontrar por Dios, lo único que tenemos que hacer es dejarnos encontrar y reconocer nuestro límite. Él quiere que regresemos a su amor.
En medio de las dificultades que vivimos, es normal que «andemos medio perdidos», dijo el arzobispo Castillo, pero debemos saber que «el Señor nos está buscando», y podemos volver si encendemos «esa pequeña chispita» que nos impulsa a regresar a Él, «porque hemos sido creados para amar».
Siempre, el Señor, está en el fondo de nuestras heridas para repararlas con su amor.
Monseñor Carlos reiteró que debemos superar los sentimientos de enojo que nos impiden caminar hacia el bien común, de lo contrario, «no podemos tener paz». Para ello, es necesario que sigamos el Espíritu del Señor, que nos inspira la gracia de la sabiduría mediante actitudes e iniciativas de paz en la vida de todos los peruanos.