En este Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, Monseñor Guillermo Cornejo, Obispo Auxiliar de Lima, presidió la Celebración Eucarística desde la Catedral de Lima: “Nada es más grande que dar la vida por los amigos, por los suyos, no hay amor más grande. Y eso es lo que hoy día Jesús nos quiere hacer ver cuando se refiere a la pobre viuda que sabe compartir”.
Comentando el Evangelio según San Marcos (12,38-44) que relata la historia de una pobre viuda que entrega las 2 únicas monedas que tenía para vivir, Monseñor Cornejo remarcó la importancia de compartir: «Jesús resalta que lo que dio la viuda vale mucho, no es superfluo, sino lo necesario. La viuda entrega lo que necesitaba, todo lo que poseía para vivir. A ello nos invita Jesús, a ser solidarios, a ser valientes, no tener miedo, confiar, ser humildes, sencillos, generosos e íntegros”.
El Obispo Auxiliar de Lima saludó el gran gesto solidario de todos los peruanos y los empresarios que sumaron esfuerzos para colaborar con la Teletón: «recuerdo ver que una niñita con síndrome de Down junto a su madre llegaron y dieron 20 soles, dieron lo poquito que tenían, llenos de pobreza y lo entregaron. Qué parecida fue esa situación a la pobre viuda, porque ella no estaba dando lo que le sobraba, sino lo que tenía para vivir”, expresó.
Hoy más que nunca necesitamos ser solidarios. No se trata de un tipo de ayuda que nos humille, sino de un compromiso que nos promueva. Hoy más que nunca necesitamos sentirnos iguales.
Monseñor Cornejo hizo un llamado a seguir el ejemplo de Jesús de ubicarnos estratégicamente para mirar nuestra realidad: “El Señor se posicionó en un lugar estratégico y vio la realidad, vio lo que daban los ricos y lo que daba la pobre viuda. Hoy más que nunca necesitamos ubicarnos estratégicamente, para ver nuestra realidad y para poder dar la vida por los demás, no tengamos miedo de dar, no tengamos miedo de servir”.
Finalmente, Guillermo Cornejo recalcó que el Señor nos invita a salir en misión: “No tengamos miedo de dar de corazón, ser generosos, solidarios, vivir el amor, la caridad. Y qué bueno que una mujer tan humilde como la pobre viuda hoy día nos sirva de ejemplo, porque solo si vamos a nuestra realidad queremos cambiar nuestra patria, nuestro Perú, nuestra Iglesia, hagámoslo”.