El sábado 11 de marzo, en la Basílica Catedral de Lima, se celebró la Misa de Envío organizada por la Oficina de Educación Católica del Arzobispado de Lima (ODEC). La Eucaristía fue presidida por Monseñor Juan José Salaverry y contó con la presencia de autoridades del ministerio de educación, del Arzobispado de Lima y docentes del área de educación religiosa.
En su homilía, nuestro Obispo Auxiliar de Lima destacó el papel de la educación en la sociedad. Así mismo, señaló que «educar para la Iglesia, es un acto de amor, esperanza y humanidad, porque no enseñamos para ganar un sueldo, sino para compartir la sabiduría de Dios con los demás y para dar a conocer la Verdad que nos hace libres».
Monseñor manifestó que enseñar es un acto de amor y de esperanza, porque «formamos a la niñez y a la juventud pensando en el futuro del país y de la humanidad». Por eso, necesitamos llevar adelante nuestra misión educativa con verdaderos gestos de amor: «Es un acto de amor que, exige mucho de nosotros, ya que nos pone delante de los niños, niñas y jóvenes en una disposición muy diferente al que solo es un mero transmisor de contenidos; por ello, se necesita una disposición y un planteamiento de vida al estilo de Jesús, donde el Maestro desarrolle su capacidad de acompañar y caminar al lado del estudiante que más lo necesite».
Por tanto, educar es un acto de esperanza, porque desde el presente mira el futuro con optimismo, donde seamos capaces de superar todas las fragmentaciones y contraposiciones para reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna.
Otro aspecto que destacó Monseñor Juan José sobre la educación, fue su dimensión humana, porque la labor de Jesús se centra en la dignificación de la persona, es decir, en la rehumanización de la persona. Por eso, la misión de la Iglesia «está abocada a levantar esta humanidad, a veces, perdida por los vicios, por los pecados y la corrupción».
Además, explicó que Dios no solo es un Padre compasivo, creador y omnipotente, sino también es maestro formador que se preocupa por la dignidad de cada hombre y mujer, haciéndose imagen y semejanza. Junto a ello, manifestó que Jesús, el Hijo de Dios, como maestro, se ha querido presentar en la historia como Aquel que está preocupado por atender la dignidad de la humanidad y encender la esperanza en el mundo
Finalmente, Monseñor Salaverry hizo un llamado a dejarnos guiar por Dios para cumplir con la misión de la enseñanza: «Pongamos nuestra misión en las manos de Dios, que Él nos ha llamado a esta vocación sagrada de ser maestros, y que nos regala las gracias que necesitemos para que construyamos esta humanidad nueva, marcada por la paz, la justicia, los valores cívicos y los valores evangélicos».
La Celebración Eucaristíca en la Catedral de Lima contó con la presencia de la Viceministra de Educación, Miriam Ponce Vertiz; el director de ODEC, Sixto Galindo Silva; el director de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC), Francisco Marcone; el Padre Jaime Llamas Vega, capellán de ODEC LIMA; el Padre Víctor Baldeón Sarmiento.
También acudieron arededor de 300 representantes, directores y docentes de los colegios de ODEC.