Padre Éver Venegas: Sentida despedida de la Iglesia de Lima

Nuestro clero de Lima se congregó en la Parroquia Santa Rosa de Lima, en Lince, para dar el último adiós a nuestro hermano Éver Venegas Zúñiga. La Misa de Exequias contó con la presencia de familiares, amigos cercanos, seminaristas y representantes de comunidades parroquiales.

En su homilía, Monseñor Carlos Castillo resaltó la capacidad de compromiso y acogida que caracterizaron al Padre Éver: «Su vida es una inspiración para la Iglesia de Lima, porque él la ha entregado por completo hasta el último instante. Es un ejemplo de fuerza y compromiso», acotó.

La repentina partida del Padre Éver ha dejado un inmenso dolor. Cientos de personas acudieron a la Parroquia Santa Rosa de Lima para compartir sus testimonios y agradecimientos por la vida de nuestro querido sacerdote. Uno de ellos fue el arzobispo de Lima, quien presidió la Misa de Cuerpo Presente y recordó la «capacidad que tenía de acoger a todos gracias a su ancho corazón».

«Realmente era un sacerdote fuerte y abierto que personificó a una Iglesia acogedora, amable y cercana. Sus actitudes solidarias nos deben inspirar a orientar la vida de la Iglesia hacia la amistad y la bondad», expresó el prelado.

Dirigiéndose a los familiares presentes, especialmente, a la madre del Padre Venegas, Monseñor Carlos afirmó que «él ha dado toda su vida por nosotros, y estamos agradecidos por haberlo entregado a nuestra diócesis, porque ha sido toda una fuerza y un ejemplo de compromiso».

Tatiana Venegas, hermana del Padre Éver, dirigió una sentida remembranza: «Desde muy niño el Señor te quiso. Cuando eras muy pequeñito, mi papá (que en paz descanse) lo vio de rodillas al centro de una losa que teníamos. Y en esa losa, él juntaba sus manos y miraba hacia el cielo. Agradezco a todos por su oración, a toda la Iglesia de Lima por haber aceptado a este “extranjero”, como él decía. Les pido que no se olviden de él en sus oraciones. Sigan rezando, hermanos sacerdotes, sigan rezando por él».

Los restos del Padre Venegas serán trasladados a su tierra natal, en Ayacucho, donde será enterrado junto a su padre y abuela.