En sus palabras antes del Ángelus, el Papa Francisco invitó a preparar la Navidad con acciones y gestos concretos hacia los demás, aunque sean pequeños, porque la fe no es una teoría abstracta, “toca la carne” y transforma la vida.
En este tercer domingo de Adviento, el Papa Francisco dedicó su alocución antes del rezo mariano del Ángelus a cómo debemos prepararnos para la Navidad. Ante una plaza de San Pedro soleada y repleta de fieles y peregrinos, el Santo Padre desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico lanzó una pregunta, la misma que muchas personas hicieron a Juan el Bautista ante el anuncio de la llegada del Mesías: ¿Qué debemos hacer? (Lc 3,10).
En su reflexión, el Papa explicó que esa pregunta no nace de un “sentido del deber”, sino que “es el corazón tocado por el Señor, es el entusiasmo por su venida lo que lleva a decir: ¿qué debemos hacer?”.Como ejemplo, el Santo Padre recordó que cuando pensamos en la llegada de un ser querido que viene a visitarnos lo esperamos “con alegría e impaciencia” y nos preparamos, “nos pondremos manos a la obra”. “Así es con el Señor -subrayó el Papa -la alegría de su venida nos hace decir: ¿qué debemos hacer?”. Pero también, afirmó el Pontífice, “Dios eleva esta pregunta a un nivel superior: ¿qué hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado? ¿Qué es lo que me llena?”. Y la respuesta – dijo – está en el Evangelio.
Somos una misión a cumplir.
“La vida tiene una tarea para nosotros. No es algo sin sentido, no se deja al azar. ¡No! Es un regalo que el Señor nos da, diciéndonos: ¡descubre quién eres, y trabaja para realizar el sueño que es tu vida!
“Cada uno de nosotros -no lo olvidemos- es una misión a cumplir. Así que no tengamos miedo de preguntar al Señor: ¿qué debo hacer?”
El Pontífice invitó a hacer esta pregunta con frecuencia al Señor, a repetirla, pero también a preguntarnos qué hacer por nuestros hermanos y cómo podemos contribuir al bien de la Iglesia y de la sociedad. “Para eso sirve el tiempo de Adviento -agregó el Santo Padre – para detenernos y preguntarnos cómo podemos preparar la Navidad. Estamos ocupados con tantos preparativos, para regalos y cosas que pasan, pero preguntémonos qué debemos hacer por Jesús y por los demás”.
El Papa recordó que Juan el Bautista a los publicanos, a los soldados y a las gentes ofreció respuestas específicas sobre qué hacer, pues las relacionó con sus situaciones personales, con la “situación real de sus vidas”, porque “la fe la se encarna en la vida concreta”. “No es una teoría abstracta y generalizada -agregó-, toca la carne y transforma la vida de cada uno».
“Hagamos un compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación de vida, y llevémoslo adelante para prepararnos en esta Navidad. Por ejemplo: puedo llamar por teléfono a esa persona que está sola, visitar a aquel anciano o aquel enfermo, hacer algo para servir a los pobres, a los necesitados”
Saldar las deudas con el Señor.
A esta invitación concreta para prepararnos para la Navidad, el Papa Francisco también recomendó pedir perdón si hay una situación que aclarar o una deuda que saldar.
“Quizás he descuidado la oración y después de mucho tiempo es hora de acercarse al perdón del Señor”. ¡Busquemos una cosa concreta y hagámosla! Que la Virgen, en cuyo seno Dios se hizo carne, nos ayude.”